La agencia calificadora de riesgos Fitch ve “poco probable” que el resultado de las elecciones en Guatemala genere grandes cambios en los entornos de política macroeconómica, y manifestó su preocupación por la debilidad institucional del país.
“Es poco probable que las elecciones presidenciales de Guatemala conduzcan a grandes cambios en los entornos de política macroeconómica, que están anclados por un historial de conservadurismo fiscal y un banco central independiente”, dijo Fitch Ratings en un comunicado.
La calificadora espera “una amplia continuidad de la política en la próxima administración”.
Fitch señala que el plan del presidente electo, Bernardo Arévalo prevé un aumento sustancial en el gasto social, financiado por el aumento de la recaudación de impuestos a través de mejoras administrativas en lugar de aumentar las tasas impositivas, así como un cierto aumento en los préstamos.
“Esto implica un aumento proyectado en el déficit fiscal del gobierno central al 2,9 % del PIB para 2025, desde el 2,1 % actualmente (en los 12 meses hasta junio), y desde el 2,6 % que el plan de Arévalo proyecta para 2023”, explica Fitch, que manifiesta su esperanza tales planes se apoderen de un fuerte conservadurismo fiscal.
“El establishment político de Guatemala se ha resistido durante mucho tiempo tanto a los aumentos de impuestos como a la acumulación de deuda, y las ganancias adicionales en la recaudación de impuestos a través de medidas administrativas podrían ser más difíciles después de los recientes éxitos. El gobierno ha registrado bajos déficits fiscales durante muchos años, ya que los presupuestos han obedecido los estrictos límites de financiación impuestos por el Congreso”, dice el comunicado.
Riesgos
Fitch señala que si bien la magnitud de la victoria en la segunda vuelta de Arevalo puede aumentar su capital político, la fragmentación puede obstaculizar su agenda debido a que las elecciones legislativas del 25 de junio dieron lugar a otro Congreso fragmentado en el que están representados 17 partidos.
Vamos, dirigido por el presidente saliente Alejandro Giammattei, es el partido individual más grande con 38 de 160 escaños, seguido por UNE (28 escaños) y Semilla (23 escaños).
Debilidad institucional
Lo que sí señala Fitch es que las elecciones “ponen de relieve las debilidades de la gobernanza de Guatemala, que han empeorado desde 2019, cuando la administración (de Jimmy) Morales expulsó a una misión anticorrupción respaldada por la ONU”.
Fitch advierte que “los indicadores de gobernanza continuaron disminuyendo durante el mandato de Giammettei, principalmente los relacionados con el control de la corrupción y el estado de derecho, lo que probablemente refleja el retroceso percibido de los esfuerzos anticorrupción. Los indicadores de gobernanza del Banco Mundial han caído del percentil 31 en 2010 al 26 en 2022”.
Según Fitch, esa debilidad institucional es “una barrera importante para un mayor impulso de las calificaciones al alza”.
La calificadora dice que el compromiso de Arévalo del combate a la corrupción y mejora de la transparencia, pueden enfrentar desafíos “dados los intereses creados y la fragmentación del Congreso, y podrían llevar tiempo para producir resultados, incluso si se implementan con éxito”.