África es responsable solamente de una pequeña proporción de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo, pero está sufriendo las consecuencias del cambio climático de manera desproporcionada, según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La entidad de Naciones Unidas dice que esta situación perjudica a la seguridad alimentaria, los ecosistemas y las economías, contribuye a los desplazamientos y las migraciones, y agrava la amenaza de conflictos por la escasez de recursos.
El informe sobre el estado del clima en África de 2022 muestra que el ritmo de aumento de la temperatura en África se ha acelerado en las últimas décadas y los peligros relacionados con el tiempo y el clima son cada vez más graves. Sin embargo, la financiación para la adaptación al clima representa apenas una gota en el océano.
En 2022, más de 110 millones de personas del continente se vieron directamente afectadas por peligros meteorológicos, climáticos e hidrológicos, que causaron daños económicos por valor de más de 8 500 millones de dólares estadounidenses. Según la Base de Datos Internacional sobre Desastres (EM-DAT), se produjeron 5,000 muertes, de las cuales el 48 % estuvieron asociadas a las sequías y el 43 % a las inundaciones. No obstante, es probable que la cifra real sea mucho más alta debido a la falta de información.
“África es responsable de menos del 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Asimismo, es el continente menos capacitado para hacer frente a los impactos negativos del cambio climático. Las olas de calor, las lluvias torrenciales, las crecidas, los ciclones tropicales y las sequías prolongadas están teniendo efectos devastadores en las comunidades y las economías, lo que supone un aumento de la población en situación de riesgo”, afirmó el profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.
“En África hay importantes deficiencias en las observaciones meteorológicas y los servicios de alerta temprana son lamentablemente insuficientes. Estamos decididos a subsanar esas deficiencias y velar por que las alertas tempranas que salvan vidas lleguen a todo el mundo”, señaló.
El informe, elaborado conjuntamente con la Comisión de la Unión Africana y el Centro Africano de Política Climática de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (UNECA), se publicó durante la Cumbre de África sobre el Clima, en la que también se puso en marcha el Plan de Acción de la iniciativa Alertas Tempranas para Todos en África. Kenya, país anfitrión de la cumbre, también publicó su informe sobre el estado del clima en Kenya de 2022.
“África, como otras regiones, ha aceptado la realidad de que el cambio climático ya se está produciendo. Si no se adoptan medidas, las próximas décadas y años se caracterizarán fácilmente por una grave presión inducida por el clima sobre las economías, los medios de subsistencia y la naturaleza del continente ”, sostuvo la excelentísima Embajadora Josefa Leonel Correia Sacko, Comisionada de Agricultura, Desarrollo Rural, Economía Azul y Medioambiente Sostenible de la Comisión de la Unión Africana.
“Dada la elevada exposición de África, su fragilidad y su escasa capacidad de adaptación, se prevé que los efectos del cambio climático se dejarán sentir con una mayor crudeza. La salud de las personas, la paz, la prosperidad, las infraestructuras y otras actividades económicas en muchos sectores del continente están expuestas a importantes riesgos asociados al cambio climático”, manifestó en el informe.
La agricultura afectada
La agricultura constituye el pilar de los medios de subsistencia y las economías nacionales de África, y brinda sustento a más del 55 % de la población activa. No obstante, el crecimiento de su productividad agrícola ha disminuido un 34 % desde 1961 debido al cambio climático. Esta disminución es la más elevada en comparación con la que han experimentado otras regiones del mundo.
Se prevé que las importaciones anuales de alimentos de los países africanos se multiplicarán por tres y pasarán de 35 000 millones a 110 000 millones de dólares en 2025.
El nivel de pérdidas y daños y, por lo tanto, los costos en que se incurrirá dependerán de muchos factores, entre ellos el nivel de ambición de las acciones mundiales de mitigación y la magnitud de la inversión en adaptación en el ámbito local. En un mundo con un calentamiento de 4 °C en el que se adopten sólidas medidas de adaptación a escala regional, en 2080 podrían generarse anualmente costos por “daños residuales” equivalentes al 3 % del producto interno bruto previsto para África.
Enormes pérdidas
Según el Centro Africano de Política Climática de la UNECA, los costos de pérdidas y daños en África debidos al cambio climático oscilarán entre 290,000 millones y 440,000 millones de dólares para el período 2020-2030.
El cambio climático y la disminución de la base de recursos naturales podrían avivar los conflictos por la escasez de tierras productivas, agua y pastos, en lugares donde la violencia entre agricultores y pastores ha aumentado en los últimos 10 años debido a la creciente presión sobre la tierra, con concentraciones geográficas en muchos países subsaharianos, según se desprende del informe.
El informe, que va acompañado de múltiples gráficos, es el resultado de un esfuerzo interinstitucional. Incluye aportaciones de la Comisión de la Unión Africana, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África y contribuciones de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales africanos, los Centros Regionales sobre el Clima de la OMM, organismos especializados de las Naciones Unidas, el Banco Africano de Desarrollo, el Grupo Consultivo sobre Investigaciones Agrícolas Internacionales (CGIAR) y numerosos expertos y científicos.