El vocero de la Compañía de Jesús en Centroamérica, el padre José Maria Tojeira, volvió a cuestionar el cierre y la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA) en Managua por parte de la dictadura de Nicaragua y reafirmó que fue un ataque visceral de un régimen que ha reprimido a tiros a sus opositores.
“A la UCA la cierran de un modo especial, hay una acusación que ni siquiera sabemos de donde vino, diciendo que la UCA era un nido de terrorismo y la jueza da una orden de cierre”, dijo el jesuita en una entrevista radial en La Tribu, de la radio Sonora de El Salvador.
Incluso, ironizó que Gloria María Saavedra, titular del Juzgado Décimo Distrito Penal de Audiencias Circunscripción Managua, quien da la orden para la confiscación, es una exalumna de la misma universidad.
“Esa era la decisión de la jueza pero seguro forzada por alguien más, de hecho la jueza era exalumna de la UCA”, explicó.
“En algún momento durante una manifestación (2018) que estuvo siendo reprimida a tiros, la UCA de Nicaragua abrió las puertas y eso les pareció colaboración con el terrorismo y desde ahí creció la tensión”, añadió Tojeira.
En agosto pasado, la justicia nicaragüense, controlada por la dictadura de Daniel Ortega, ordenó el cierre y confiscación de la UCA, la universidad privada más prestigiosa de Nicaragua. Esto incluyó todas las pertenencias de la institución y los bienes de la Compañía de Jesús, a la que expulsó del país. Los jesuitas administraban la universidad.
El ataque es uno más en una larga camándula de agresiones contra la Iglesia Católica, que incluye no solo la confiscación de cuentas bancarias y expulsión de miembros, sino también el arresto de un obispo, monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel “por complot”.