Ocho sacerdotes que estaban recluidos bajo la figura de casa por cárcel en el Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima, fueron extraídos por patrullas policiales al servicio de la dictadura de Nicaragua y enviados a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, centro de tortura conocido como el nuevo Chipote en la parte sur de Managua.
La denuncia en redes sociales fue publicada por el periodista exiliado Miguel Mendoza y confirmada por fuentes eclesiales al diario La Prensa, también en el exilio.
De acuerdo a las informaciones locales, el traslado se dio en medio de un enorme despliegue policial en las primeras horas de este domingo 15 de octubre.
Los religiosos habían sido detenidos semanas antes por la policía del régimen en diversas localidades del país y trasladados a Managua “bajo investigación”.
Los sacerdotes habían sido denunciados por espías de la dictadura que vigilan las parroquias y escuchan las homilías para luego informar a la policía si algún sacerdote eleva una oración o reza por la libertad del obispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel por su posición crítica a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Según la información, la embestida policial contra los sacerdotes también se aplicó al padre Cristóbal Gadea de Jinotega, quien permanecía detenido en las instalaciones de la sede policial en Plaza El Sol.
Los otros sacerdotes detenidos son:
Padre Cristóbal Gadea de Jinotega
Padre Iván Centeno
Padre Ramón Angulo
Padre Julio Norori
Padre Álvaro Toledo
Padre Yesner Pineda
Padre Osman Amador
Padre Pastor Rodríguez