El papa Francisco abogó este domingo porque la comunidad dé una respuesta humanitaria ante la trágica realidad de los migrantes que pasan por la selva del Darién, territorio fronterizo entre Colombia y Panamá.
“Deseo recordar a los miles de migrantes que intentan cruzar la selva del Darién entre Colombia y Panamá. A menudo son familias con niños que se aventuran por caminos peligrosos, engañados por quienes les prometen falsamente una ruta corta y segura, maltratados y robados”, dijo el pontífice tras el rezo del Ángelus en este tercer domingo de Adviento y en vísperas de la Jornada Internacional del Migrante proclamada por la Asamblea General de la ONU.
“No son pocos los que pierden la vida en esa jungla. Es necesario el esfuerzo conjunto de los países más directamente afectados y de la comunidad internacional para evitar que esta trágica realidad pase desapercibida y dar juntos una respuesta humanitaria”, subrayó el jefe de la Iglesia Católica.
Más de medio millón de migrantes han cruzado la temida y peligrosa selva del Darién, en Panamá, este año, según estadísticas migratorias panameñas.
La gran mayoría, de acuerdo al reporte, eran viajeros irregulares que buscaban llegar a Estados Unidos. El grueso, proveniente de Venezuela, aunque había otros sudamericanos, haitianos, chinos y africanos.
En agosto pasado, el gobierno de Laurentino Cortizo declaró la situación migratoria en la selva del Darién como “un problema de seguridad nacional” para Panamá.
Funcionarios del gobierno panameño han advertido de “daños irreversibles” en la población de la zona, los ecosistemas fluviales y la presencia del crimen organizado.
El gobierno panameño ha señalado que se han invertido más de 60 millones de dólares en la atención de los migrantes.