Guatemala tiene un déficit de un 1.9 % en la demanda de energía, que crece a una velocidad más constante que la generación, reveló una investigación de Central American Business Intelligence (CABI).
Según el estudio, la generación de energía eléctrica se mantuvo estancada en los últimos años con un tenue crecimiento de 1.5 %, mientras que la demanda duplicó esa tasa con 3.4 % gracias a la dinámica de la industrialización y urbanización de Guatemala, un elemento que CABI califica de una “señal positiva”.
Para cubrir este déficit, Guatemala ha incrementado las importaciones de energía desde el Mercado Eléctrico Regional (MER).
En 2022, las importaciones superaron los 1,480 gigavatios hora (GWh), equivalente a $130 millones, con lo cual se fijó como el primer año desde 2012 que el país importó más energía de lo que exportó. Como consecuencia, el precio spot en mayo de 2022 alcanzó su nivel más alto en 10 años, al llegar a $156 por megavatio hora (MWh).
Guatemala y El Salvador fueron los pioneros en el MER, creado en 1996 para una interconexión eléctrica regional que cubre hasta Panamá. Es un mercado independiente que permite a sus participantes comprar energía a precios más competitivos que la generación propia.
Desde su creación, Guatemala se fijó como uno de los principales actores con exportaciones de energía, sobre todo a El Salvador. La investigación de CABI destaca que el país perdió este pedestal, pues sus entregas pasaron de 2,500 GWh en 2018 a 1,000 GWh en 2022, una caída de un 60 % en 2 años.
“Si deseamos respaldar el fuerte crecimiento poblacional, la transición urbana y el potencial crecimiento económico, debemos crear condiciones adecuadas para atraer inversión en el sector eléctrico”, indicó Paulo de León, director de CABI, durante la presentación de la investigación.
CABI hizo énfasis en que la investigación enciende las alarmas para asegurar la producción y eficiencia del mercado energético, sobre todo ante eventos coyunturales como la caída en la generación de energía hidroeléctrica por una reducción drástica en las lluvias ante la presencia del fenómeno climático de El Niño.