El Mecanismo Para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, alertó sobre la situación alarmante en Nicaragua, donde al menos 13 individuos, detenidos por participar en actividades religiosas de la Iglesia Católica, como viacrucis, permanecen encarcelados bajo condiciones cuestionables.
Según el organismo, estas personas estuvieron desaparecidas por más de dos meses debido al ocultamiento de su paradero por las autoridades, enfrentándose a procesos judiciales arbitrarios, en los que se les negó el derecho a una defensa adecuada y el acceso a los detalles de las acusaciones en su contra, ya que sus expedientes judiciales fueron mantenidos en secreto.
Esta situación es un reflejo de la continua persecución religiosa en Nicaragua desde 2018, que ha visto la encarcelación de sacerdotes y la represión de la feligresía católica.
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Un caso emblemático de esta represión es el del periodista Victor Ticay, condenado a ocho años de prisión por cubrir una procesión católica en Nandaime en abril de 2023.
Ticay fue acusado de “traición a la patria” y de difundir “noticias falsas”, en un juicio llevado a cabo por jueces alineados con la dictadura Ortega-Murillo.
La persecución religiosa en Nicaragua ha alcanzado niveles críticos desde el estallido de las protestas en abril de 2018, cuando amplios sectores de la sociedad se levantaron contra el régimen de Daniel Ortega.
La Iglesia Católica jugó un papel crucial, ofreciendo refugio a los manifestantes y mediando en el diálogo nacional. Sin embargo, esta posición convirtió a la Iglesia y a sus miembros en blancos de represión.
El “Mecanismo Para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas” exige la liberación inmediata de las 13 personas detenidas, a quienes considera presos políticos y víctimas de una campaña de intimidación contra la Iglesia Católica y sus fieles.
Esta denuncia se suma a un coro de voces internacionales que han condenado la represión en Nicaragua, instando a un regreso al diálogo y al respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales.