La dictadura Ortega-Murillo alquiló la casa vecina a su embajada en Panamá en la que formalmente ubicó su consulado, algo que la cancillería panameña no ha autorizado, incrementando la tensión diplomática entre ambos países.
El verdadero motivo de la ampliación parece ser darle comodidad al asilado expresidente, Ricardo Martinelli, refugiado en la sede diplomática nicaragüense desde el 7 de febrero, tras ser condenado a más de diez años de cárcel por corrupción.
Nicaragua trasladó su consulado a una casa contigua a su sede diplomática, en la urbanización La Alameda, donde se asiló Martinelli.
Pero el 8 de marzo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá le comunicó a la Embajada de Nicaragua que “no reconoce” el traslado de su consulado en este país a la casa identificada como 61B.
Sin embargo, Nicaragua trasladó el consulado sin antes recibir el visto bueno de Panamá.
“Hace unos días les dije que la embajada de Nicaragua había anunciado a la cancillería de Panamá que había ampliado sus instalaciones al alquilar la casa de al lado. Las autoridades panameñas saben que es un truco para que el prófugo Ricard Martinelli tenga más comodidad y que seguramente fue él quien rentó la casa contigua”, denunció el reconocido periodista nicaragüense, Miguel Mendoza, expreso político de la dictadura quien reside en Estados Unidos.
Según el diario La Prensa de Panamá, desde su llegada a esta sede diplomática, el sitio ha sido objeto de múltiples remodelaciones.