El Banco Mundial aprobó un crédito de $350 millones para que Panamá continúe su programa de reducciones de emisiones contaminantes y resiliencia al cambio climático.
Este es el segundo préstamo de políticas de desarrollo (PPD), amparado en el programa de Resiliencia Climática y Crecimiento Verde, que establece un paquete de reformas orientadas a descarbonizar los sectores de transporte y energía.
La línea de crédito para Panamá se estructura en dos pilares. El primero se enfoca en la promoción de una transición hacia energías limpias, un crecimiento con bajos niveles de emisión de carbono y un desarrollo económico inclusivo.
También se incluyen reformas políticas orientadas a la electrificación rural por medio de energías renovables y la conectividad digital para mujeres y población indígena.
El segundo pilar se enfoca en la gestión de recursos naturales de manera sostenible y planificación frente al cambio climático. Estas acciones permitirán que el “país contribuya a mejorar el ambiente, la calidad de vida de la población y la revitalización de la economía, tanto en el sector público como en el privado”, añadió Héctor Alexander H., ministro de Economía y Finanza.
Michel Kerf, director regional del Banco Mundial para América Central y la República Dominicana, señaló que la capacidad de Panamá para garantizar un crecimiento económico rápido depende de la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos.
“El cambio climático supone una amenaza importante para el crecimiento económico de Panamá, lo que afecta a las comunidades más vulnerables. Este país es uno de los más expuestos en el mundo a los peligros naturales inducidos por el clima y los patrones meteorológicos alterados”, señaló el Banco Mundial.
Panamá lanzó en 2020 una agenda de transición energética con 242 líneas de acción en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de la Agenda 2030 de la Naciones Unidas.