El Grupo Coimbra, una red que aglutina a más de 40 universidades de mayor prestigio de todo el mundo ha expresado su “máxima preocupación” por los ataques contra la libertad académica y el derecho a una educación crítica” en Nicaragua, después de que el Gobierno de Daniel Ortega haya incluido a los centros educativos dentro de su escalada represiva contra la disidencia.
La institución expresó mediante un comunicado su máxima preocupación por los numerosos ataques a la libertad académica en las instituciones de educación superior en Nicaragua, así como por las restricciones impuestas a la integridad de la investigación y al derecho a una educación crítica.
El grupo, que tiene entre sus miembros a las universidades españoles de Barcelona, Salamanca y Granada, ha llamado al régimen nicaragüense y a la comunidad internacional a tomar medidas para “proteger, salvaguardar y restaurar de manera inmediata la libertad académica y la autonomía de los centros de educación superior” y a garantizar la seguridad y los derechos del personal de dichas instituciones y de sus alumnos.
https://x.com/maradiaga/status/1783332423297642984?s=46
Llamado a apoyar a los estudiantes de la UCA
En este sentido, se ha solidarizado con los centros del país centroamericano “en estos tiempos difíciles”.
También ha llamado a las redes universitarias de todo el mundo a salir en su apoyo, ante casos como el de la Universidad Centroamericana (UCA), dirigida por jesuitas y cerrada el año pasado por orden directa de la dictadura, a través de una aberración jurídica de la juez al servicio de la familia Ortega-Murillo, Gloria María Saavedra Corrales.
En agosto de 2023, la dictadura cerró la UCA, una institución privada dirigida por los jesuitas, y confiscó todos sus bienes e infraestructuras.
Tras el cierre, se produjeron arrestos arbitrarios de su personal académico y de estudiantes por parte de la policía, así como la expulsión de los directivos y administradores jesuitas.
Fundada en 1960, la UCA ha desempeñado una labor fundamental y crítica en el ámbito de la investigación, ofreciendo a su vez estudios de alta calidad y sustentando un papel destacado entre los centros de educación superior e investigación más prestigiosos de América Central.
“Masacre” de universidades privadas
En su lugar, y usando las instalaciones confiscadas, abrieron una universidad pública de nulo reconocimiento y ninguna credibilidad, alimentada por policías y miembros de las estructuras sandinistas para reponer a los más de 5,000 estudiantes que desertaron de ella tras el asalto al Alma Mater.
https://x.com/jesuitascam/status/1783516355326595416?s=46
Según Human Rights Watch, la dictadura de Ortega-Murillo ha suspendido la actividad de 28 universidades y expropiado sus instalaciones y bienes en el país desde el año 2018, cuando estalló una ola de movilizaciones opositoras.
Más de 3.000 organizaciones de la sociedad civil han quedado clausuradas desde el año 2021 y casi un millón de nicaragüenses se ha desplazado del país o han sido desterrados y desnacionalizados.
El Grupo de Coimbra es una asociación de 41 universidades europeas históricas y de prestigio internacional, fundada en 1985 y constituida formalmente en 1987.
La organización promueve la creación de vínculos académicos y culturales entre sus miembros para promover la excelencia en aprendizaje y enseñanza, investigación y transferencia, y el servicio a la sociedad.
Llama a permitir el pensamiento crítico
En su comunicado, el Coimbra Group insta al régimen sandinista y al resto de gobiernos del mundo a “hacer todo lo posible para proteger, salvaguardar y restaurar de manera inmediata la libertad académica y la autonomía de los centros de educación superior en sus países respectivos”.
Además, solicita a las autoridades competentes garantizar la protección de los derechos humanos y la seguridad de estudiantes, profesores y personal universitario en todas las instituciones de educación superior, pasadas y presentes, de Nicaragua.
“Apelamos también a la buena voluntad de las instituciones de educación superior de todo el mundo para que ofrezcan su respaldo a estudiantes, profesores y personal de las universidades nicaragüenses, y, siempre que sea posible, les ofrezcan oportunidades para finalizar sus estudios y continuar trabajando, ya sea mediante formación digital, un sistema especial de admisión o cualquier otra forma de colaboración”, señalan.
La red de universidades evoca la Declaración de Lima de 1988 sobre la Libertad Académica y la Autonomía de las Instituciones de Educación Superior, que establece que “las instituciones de educación superior deben actuar de manera crítica ante cualquier situación de represión política y de violación de los derechos humanos dentro de su propia sociedad”.