Los malos hábitos alimenticios generan costos superiores a los $21,288 millones anuales a los centroamericanos, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El dato se desprende de la última actualización del Estado de la alimentación y la agricultura a nivel mundial, publicado este viernes con estimaciones para más de 150 países. Los cálculos parten de la productividad dejada de percibir por las enfermedades originadas de una mala dieta, como diabetes, hipertensión y hasta cáncer.
De acuerdo con la agencias de Naciones Unidas, el mayor costo se origina por el bajo consumo de alimentos de origen vegetal –como frutas, vegetales, nueces y semillas –, calculado en $11,519 millones anuales.
El consumo de alimentos altamente procesados y con aditivos –tales como embutidos– tiene un costo de $5,221 millones, mientras que comer tantos productos de origen animal cuesta $1,458 millones a la salud de los centroamericanos.
Además, el bajo consumo de grasas beneficiosas –como omega 3 o aguacate– cuesta $3,090 millones.
Guatemala tiene el mayor costo
La FAO detalla en su reporte que el mayor costo por una mala alimentación se reporta en Guatemala, calculado en $4,967 millones, de los cuales $2,592 millones corresponden solo por el bajo consumo de productos de origen vegetal.
Los panameños siguen en la lista, con un costo estimado de $4,051 millones. También el mayor costo se refleja por el bajo consumo de productos vegetales, en $2,172 millones anuales para Panamá.
Costa Rica tiene un costo de $3,804 millones, de los cuales $1,945 millones es solo por no consumir suficientes productos vegetales.
Entretanto, en Honduras se calcula un costo de $3,685 millones, en El Salvador de $2,642 millones y en Nicaragua de $2,142 millones.