Varios días de intensas lluvias que han azotado a Costa Rica han provocado una emergencia nacional, dejando a 1,306 personas desplazadas en albergues temporales y numerosos daños en infraestructura y viviendas en varias regiones del país.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha informado que la situación de lluvias persistirá a lo largo de la semana, debido a un sistema de baja presión asociado con un giro ciclónico que amenaza con empeorar las condiciones climáticas.
La CNE ha habilitado un total de 27 albergues en diversas zonas, siendo la región Chorotega la más afectada, con la mayoría de los centros de acogida ubicados en esta área.En estos albergues también se reciben mascotas, y actualmente hay 36 animales domésticos bajo protección, junto a 1.306 personas desplazadas, de las cuales 11 son adultos mayores y 7 personas con discapacidad.
Emergencias en todo el país
La CNE ha indicado que las inundaciones y los deslizamientos son los tipos de emergencias más comunes en esta crisis. Las autoridades han reportado que sectores como la Vertiente del Pacífico, las montañas de la Zona Norte, el Valle Central y las penínsulas tienen suelos saturados casi al 100%, lo que aumenta la probabilidad de inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra.
Costa Rica: Un grupo de cruzrojistas realiza el rescate de seis personas, tres menores y tres personas adultas en Filadelfia de Guanacaste.
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— IFRC Americas (@IFRC_es) November 8, 2024
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) ha compartido datos de acumulación de agua en las zonas afectadas. En localidades como Puerto Jiménez y Herradura, se han registrado niveles de precipitaciones de 204 y 123 milímetros, respectivamente, lo cual es significativo, explicó el meteorólogo José Valverde.
“Se espera un panorama lluvioso de seis días en la Vertiente del Pacífico, con presencia de aguaceros intensos acompañados de tormentas eléctricas”, afirmó Valverde, alertando sobre los efectos prolongados de las condiciones meteorológicas actuales.
Impacto en la educación y cierre de escuelas
En respuesta a la situación, el Ministerio de Educación Pública (MEP) decidió suspender las clases en todo el país, inicialmente para el lunes y el martes, con el fin de garantizar la seguridad de estudiantes y personal educativo. La medida fue tomada ante la saturación de suelos y el pronóstico de lluvias continuas, así como las alertas naranjas y amarillas emitidas por la CNE en varias áreas del país.
La suspensión también se relaciona con el uso de algunos centros educativos como albergues. El MEP ha detallado que un total de 101 centros educativos han resultado afectados, desglosados de la siguiente manera:
– 46 instituciones tienen dificultad de acceso debido a las condiciones de los caminos.
– 24 han reportado inundaciones en sus instalaciones.
– 28 presentan problemas de infraestructura o carecen de servicios públicos como agua o electricidad.
– 3 centros educativos están siendo utilizados como albergues temporales para personas desplazadas.
“Esta decisión se toma en el contexto de condiciones climáticas adversas para prevenir situaciones que puedan poner en riesgo a nuestra comunidad educativa,” explicó el MEP en un comunicado, señalando que próximamente se evaluará si se extiende la suspensión.
El IMN ha alertado sobre la llegada de un giro ciclónico a partir del jueves, lo que podría incrementar la intensidad de las lluvias. Según Valverde, este fenómeno se traducirá en un aumento de las precipitaciones y probablemente traerá nuevos episodios de lluvias intensas y tormentas eléctricas en varias regiones, con especial impacto en el Pacífico y la Zona Norte del país.
“Las condiciones lluviosas actuales se deben a la influencia de la Zona de Convergencia Intertropical y la presencia de una vaguada en el Pacífico, combinadas con un gradiente de presión,” indicó Valverde. Aunque las lluvias podrían disminuir temporalmente el martes, se prevé que las precipitaciones aumenten hacia el final de la semana.
Rutas cerradas y afectaciones en infraestructura vial
La saturación de los suelos y las inundaciones han generado cierres de rutas viales tanto a nivel nacional como cantonal, lo que dificulta el tránsito y el acceso a comunidades afectadas. La CNE está coordinando con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) para evaluar los daños en las vías y realizar las reparaciones necesarias una vez que las condiciones climáticas lo permitan.
Las autoridades han recomendado a la población mantenerse informada a través de fuentes oficiales y evitar zonas de riesgo, particularmente en áreas propensas a deslizamientos.
Resiliencia de la población y asistencia humanitaria
Las comunidades afectadas han demostrado gran resiliencia en medio de esta crisis, apoyándose en la solidaridad y en la colaboración de los cuerpos de emergencia. En muchos albergues, los desplazados reciben no solo alojamiento, sino también alimentos, atención médica y, en algunos casos, apoyo psicológico. La CNE ha expresado su compromiso de garantizar las necesidades básicas de las personas en los albergues mientras dure la emergencia.
El gobierno de Costa Rica, junto con la CNE, está trabajando para gestionar la situación con rapidez y eficiencia, y ha solicitado apoyo logístico a organizaciones locales e internacionales en previsión de una prolongación de la emergencia climática.
Pronóstico para la semana y medidas de seguridad
El IMN ha aconsejado a los ciudadanos estar atentos a las actualizaciones meteorológicas, ya que se espera que las lluvias persistan durante al menos seis días más. Las autoridades han subrayado la importancia de seguir las recomendaciones de la CNE y de evitar actividades en zonas de alto riesgo, como ríos y pendientes pronunciadas.
En las zonas más afectadas, el trabajo de los cuerpos de socorro se ha enfocado en evacuar a familias en peligro y prevenir accidentes debido a las inundaciones y deslizamientos. Las comunidades en riesgo han recibido kits de emergencia, que incluyen mantas, alimentos no perecederos y agua potable.
Solidaridad y apoyo comunitario
La emergencia en Costa Rica ha generado una fuerte respuesta de solidaridad de parte de organizaciones y ciudadanos. Voluntarios se han movilizado para asistir en los albergues, donde la gente ha perdido sus hogares y enfrenta condiciones difíciles. Las redes de apoyo comunitario están brindando ayuda a las personas afectadas, y varias organizaciones no gubernamentales han hecho llamados a la donación de alimentos, ropa y otros suministros esenciales.
La temporada de lluvias en Costa Rica, exacerbada por fenómenos meteorológicos como el giro ciclónico y las ondas tropicales, se ha convertido en una amenaza constante para la población. Este tipo de eventos climáticos son cada vez más comunes, planteando serios desafíos de adaptación y prevención para el país, en un contexto de cambio climático que intensifica las lluvias y eleva los riesgos de desastres naturales.
Las autoridades costarricenses continúan en alerta máxima y han manifestado su compromiso de monitorear de cerca el desarrollo de este fenómeno para proteger a la población y reducir al mínimo los daños.