El gobierno de Panamá anunció la suspensión de las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un estado con poco reconocimiento internacional en África y que fue colonia española y Marruecos reclama como parte de su territorio.
“La República de Panamá, privilegiando el interés nacional y fiel a los principios fundamentales de su política exterior, reafirma su convicción con los propósitos y valores que orientan el multilateralismo y reitera su voluntad de continuar apoyando los esfuerzos promovidos por el Secretario General y la comunidad internacional, en el marco de las Naciones Unidas, con miras a lograr una solución pacífica, justa, duradera y aceptable para las partes involucradas en la cuestión del Sáhara Occidental, incluida la libre determinación de su pueblo”, dice el comunicado de la cancillería panameña.
El gobierno panameño, “siguiendo su tradición de ser un país mediador, reafirma su compromiso con el diálogo y la cooperación multilateral, en plena observancia a una política exterior constructiva y orientada a fortalecer la paz y la seguridad internacionales”, dice el comunicado.
Esta retirada del apoyo panameño a la RASD es un duro golpe para la tesis a favor de la independencia sobre el Sáhara Occidental. Especialmente desde que Panamá fue la primera nación en reconocer a la RASD, y el país que acogió lo que supuestamente fue la primera embajada del llamado pseudoestado en América Latina (en 1980). Por lo tanto, la RASD pierde lo que fue su primer y más duradero apoyo en América Latina.
En Centroamérica, Costa Rica mantiene congeladas las relaciones con la RASD y El Salvador rompió relaciones con la RASD en 2019. Los gobiernos izquierdistas de Nicaragua y Honduras sí reconocen a la RASD.
Este movimiento diplomático de Panamá beneficia a Marruecos, que considera que el Sáhara Occidental forma parte de sus provincias del sur y valora la soberanía de la zona en gran medida en defensa de su integridad territorial.
La República Árabe Saharaui Democrática fue autoproclamada por el Frente Polisario en 1976, un día después de la retirada de España del Sahara Occidental. Estados Unidos, España y la mayoría de naciones europeas no reconoce a la RASD como estado