La mayoría de los opositores arrestados arbitrariamente por la Policía de Nicaragua en noviembre pasado fueron liberados la noche del miércoles 11 de diciembre y trasladados en autobuses de la policía a sus viviendas, según denunciaron fuentes locales que solicitaron anonimato por temor a represalias.
El operativo de excarcelación se llevó a cabo casi a medianoche, cuando decenas de detenidos salieron en filas y fueron distribuidos en varios vehículos policiales. Sin embargo, al menos tres de los detenidos no fueron liberados, entre ellos el periodista Leo Catalino Cárcamo y el ciudadano Julio Quintana, quienes permanecen en paradero desconocido desde su captura.
Según los testimonios recogidos, los liberados fueron obligados a firmar documentos bajo amenazas antes de ser trasladados a sus hogares.
Las fuentes advirtieron que no es seguro identificar públicamente a los excarcelados debido a las restricciones impuestas por las autoridades, que prohíben cualquier declaración sobre su situación.
La organización Monitoreo Azul y Blanco, que opera desde el exilio, confirmó que al menos 38 personas han sido excarceladas hasta ahora. Estas detenciones arbitrarias, ocurridas a finales de noviembre, se concentraron en las ciudades de Masaya y León e incluyeron a abogados, médicos, periodistas, empresarios y disidentes del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
El periodista Leo Catalino Cárcamo, detenido el pasado 22 de noviembre, es uno de los casos que más preocupa a sus familiares, quienes desconocen su estado y ubicación.
La comunidad internacional ha señalado reiteradamente al régimen de Daniel Ortega por las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, incluidas detenciones arbitrarias y torturas psicológicas contra opositores políticos.
Desde 2018, el régimen sandinista ha intensificado la represión contra sectores críticos, recurriendo a encarcelamientos masivos, exilios forzados y estrategias de control social para silenciar a la disidencia, según organismos de derechos humanos.