En un comunicado conjunto, los gobiernos de Costa Rica y Panamá, junto a Ecuador y República Dominicana, miembros de la Alianza para el Desarrollo en Democracia (ADD), expresaron su rechazo más enérgico al acto de toma de posesión de Nicolás Maduro en Venezuela, ocurrido el pasado 10 de enero.
Los países firmantes consideran que dicho acto es un claro reflejo de un fraude electoral, orquestado bajo el “Terror de Estado” contra el pueblo venezolano.
La ADD ha subrayado que, según evidencia contundente, el 28 de julio de 2024, la ciudadanía venezolana votó de manera pacífica y mayoritaria a favor de Edmundo González Urrutia como su presidente.
Comunicado conjunto de la Alianza para el Desarrollo en Democracia sobre los hechos del 10 de enero en Venezuela pic.twitter.com/2zhkucHOxy
— Cancillería Costa Rica 🇨🇷 (@CRcancilleria) January 11, 2025
Las actas, más del 80 % de las cuales fueron obtenidas por la oposición, liderada por González y María Corina Machado, certifican la victoria de Urrutia. Estos documentos fueron verificados por el Centro Carter, único observador internacional imparcial presente durante las elecciones, lo que reafirma la autenticidad de los resultados.
Las acciones fraudulentas perpetradas por el régimen de Maduro para mantenerse en el poder son, según los gobiernos de la ADD, una violación flagrante de principios fundamentales del derecho internacional. Estos incluyen la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, entre otros instrumentos que promueven la democracia y la libertad.
El comunicado destaca que estos hechos constituyen un paso más en la opresión y las violaciones sistemáticas de derechos humanos que enfrenta el pueblo venezolano.
Por ello, la Alianza para el Desarrollo en Democracia reafirma su compromiso con la comunidad internacional en la búsqueda de una transición democrática en Venezuela que permita a los ciudadanos vivir en un entorno de paz, derechos y libertades fundamentales.
El rechazo de Costa Rica y Panamá se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio de la región para presionar por una solución democrática y pacífica a la crisis venezolana, que sigue siendo una de las situaciones más complejas y dolorosas de América Latina.