El gobierno de Estados Unidos dejo claro que Nicaragua no merece continuar siendo parte del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-CAFTA) debido a la naturaleza de su régimen.
Según Mauricio Claver-Carone, enviado especial para América Latina, la permanencia de Nicaragua en el CAFTA resulta “absurda” dado el contexto político del país bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Claver-Carone señaló que el tratado fue mal diseñado, permitiendo que Nicaragua siga beneficiándose de un acuerdo comercial que no refleja la realidad política ni los intereses de Estados Unidos.
El gobierno de Estados Unidos busca la forma de excluir a Nicaragua del tratado sin afectar a los demás países miembros, especialmente a Costa Rica, que también forma parte del acuerdo.
“A Estados Unidos no nos interesa Nicaragua como socio comercial, diría particularmente a la dictadura de (Daniel) Ortega. Sin embargo, tenemos que soltar, analizar y trabajar con nuestros aliados Costa Rica, Guatemala, República Dominicana en cómo hacerlo de una manera que no les afecte de manera colateral”, dijo Claver-Carone.
“Este es un tema que va a ser central durante la visita de Rubio a Costa Rica”, destacó Claver-Carone, en una conferencia de prensa, quien también resaltó la importancia de este tratado para países como Costa Rica, que no quieren verse perjudicados por la exclusión de Nicaragua.
Migración y deportados, la presión sobre Costa Rica y Nicaragua
Además del tema comercial, la migración nicaragüense será otro punto clave en la agenda de Marco Rubio, secretario de Estado, quien inicia una gira por Centroamérica.
El éxodo de miles de nicaragüenses hacia países como Costa Rica ha aumentado en los últimos años, debido a la represión y violencia del régimen de Ortega.
La situación ha generado una presión significativa en los países vecinos, especialmente en Costa Rica, que ha recibido un gran número de migrantes.
En este contexto, Claver-Carone destacó que Estados Unidos y Costa Rica han trabajado de cerca para enfrentar este desafío.
“Costa Rica es un gran aliado, pero también el país que más ha sufrido la presión de la migración nicaragüense debido a su cercanía con Nicaragua”, explicó.
Estados Unidos, por su parte, también ha exigido que Nicaragua acepte a los migrantes nicaragüenses deportados desde Estados Unidos.
“Nicaragua, como todos los países, tiene la responsabilidad de recibir a sus ciudadanos deportados. No es una opción, es una obligación bajo el derecho internacional”, advirtió Claver-Carone. En caso de que el régimen de Ortega no cumpla con esta responsabilidad, Estados Unidos podría imponer sanciones económicas, similares a las aplicadas a Colombia en situaciones similares.
La agria relación
La relación entre Nicaragua y Estados Unidos se ha deteriorado en los últimos años, principalmente debido a las políticas autoritarias del gobierno de Ortega.
Las violaciones a los derechos humanos, la represión política y la creciente concentración del poder en manos de Ortega y su esposa Rosario Murillo han generado condenas internacionales, y la migración masiva de nicaragüenses ha exacerbado la situación.
El tema del CAFTA es solo uno de los aspectos en la complicada relación bilateral.
Mientras Estados Unidos busca presionar al régimen de Ortega para que acepte sus deportados y se desvincule del tratado comercial, la situación de los migrantes nicaragüenses sigue siendo un desafío para los países de la región.
Con la gira de Rubio, Estados Unidos espera avanzar en una estrategia para enfrentar ambos problemas sin afectar a otros países aliados, como Costa Rica.