El Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó este viernes que la economía de Nicaragua continúa mostrando resultados sólidos, sustentados en las “políticas macroeconómicas prudentes y flujos de remesas muy fuertes”.
Al término de la consulta del Artículo IV, una revisión periódica que realiza el FMI sobre la salud de la economía y la situación fiscal de los países miembros, el Fondo señaló que la economía nicaragüense se mantiene “abierta y resistente”, a pesar de las expropiaciones que ejecuta la dictadura de Daniel Ortega, así como las sanciones internacionales y la reorientación del financiamiento oficial.
El producto interno bruto (PIB) aceleró su crecimiento desde un 3.8 % registrado en 2022 a una tasa de un 4.5 % en 2023 y el primer semestre de 2024, cuyo desempeño se atribuye a la “fuerte demanda interna” gracias a la llegada de más remesas, mientras la inflación mantuvo una tendencia decreciente.
A mediano plazo anticipa una moderación del crecimiento del PIB, en un rango del 4 %, en medio de un “ritmo más lento de crecimiento de remesas”, así como una contribución laboral limitada debido a la migración y la cautela de inversión del sector privado.
Nicaragua -junto a El Salvador, Guatemala y Honduras- tiene una alta dependencia a las remesas familiares, que se utilizan principalmente para la manutención de la familia. En el caso nicaragüense, estos ingresos aumentaron a partir del éxodo migratorio exacerbado desde la crisis política de 2018.
El Banco Central de Nicaragua reporta que las remesas alcanzaron un récord de $5,243.1 millones en 2024, con una representación del 29.4 % del PIB. Estos ingresos aumentaron $583 millones sobre los resultados de 2023, un 12.5 %.
La dinámica económica, añadió el FMI, podría subir por una demanda interna más fuerte, pero podría bajar por un menor crecimiento global y sanciones internacionales más estrictas.
Para el directorio del FMI, la política monetaria debería centrarse en estabilizar los precios y el régimen cambiario. Además, observaron vulnerabilidades en el sistema financiero, por lo que alentaron a mantener vigilancia en el crecimiento del crédito al consumo.