La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo anunció este viernes la salida de Nicaragua de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), argumentando que ambos organismos incurren en injerencia en los asuntos internos del país y no cumplen con su naturaleza.
La codictadora Rosario Murillo, informó que el canciller Valdrack Jaentschke envió las comunicaciones oficiales a ambas entidades, asegurando que estas “se suman al coro de las potencias imperialistas” con informes que supuestamente buscan denigrar al Gobierno de Nicaragua.
“Continuamos rechazando todas sus falsedades, todas sus calumnias, todas esas maneras de pretender denigrar la fuerza de un pueblo bendito y libre”, afirmó Murillo en su alocución diaria.
En el caso de la OIM, el régimen acusó al organismo de difundir información “falsa, malintencionada e irresponsable” sobre la crisis migratoria que atraviesa Nicaragua.
“Nos retiramos de la OIM porque rechazamos toda la información falsa que publica ese organismo, que debería servir para el bien de todos”, sostuvo Murillo.
La OIM, con sede en Managua en el edificio Ofiplaza El Retiro, ha recopilado información detallada sobre el éxodo de miles de nicaragüenses, la migración forzada, el exilio y las razones de estos desplazamientos, señalando como principales causas la inestabilidad política, la represión y la crisis económica.
El aislamiento del país de las agencias de la ONU ocurre un día después que el canciller sandinista Valdrack Jaentschke notificara al presidente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Jürg Lauber, la decisión de Nicaragua de abandonar el organismo.
Luego la delegación oficial del régimen se ausentó este viernes de la sesión en la que el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN) presentó su más reciente informe.
“Constato que la delegación de Nicaragua no está presente en la sala”, señaló Lauber, luego de que Jan Michael Simons, presidente del GHREN, expusiera el documento ante el Consejo.
El informe del GHREN documenta crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en complicidad con la Policía Nacional, el Ejército y otras instituciones estatales, incluyendo el Ministerio de Salud (Minsa).
El jueves, Murillo justificó la retirada de Nicaragua del Consejo de Derechos Humanos con su habitual retórica, insistiendo en que el régimen rechaza las acusaciones y calificando el informe del GHREN como parte de una estrategia de injerencia extranjera.
“Por tal razón, Nicaragua transmite su decisión de retirarse del Consejo de Derechos Humanos y de toda actividad relacionada con este consejo y todos sus mecanismos satélites”, declaró Murillo.
El GHREN ha señalado en reiteradas ocasiones que el régimen de Ortega y Murillo es responsable de persecuciones, ejecuciones extrajudiciales, torturas y desapariciones forzadas contra opositores y ciudadanos críticos del gobierno desde abril de 2018.
Esta retirada de organismos internacionales profundiza el aislamiento de Nicaragua en el escenario global, tras la salida del país de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 2023 y la ruptura con la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la creciente represión en Nicaragua y la falta de compromiso del régimen con el respeto a los derechos humanos y las normas democráticas.