Apenas un 6% de las familias en Costa Rica tiene la posibilidad de adquirir una vivienda a corto plazo, reveló el miércoles un informe de la Universidad de Costa Rica (UCR) sobre el acceso a la vivienda en el país. El estudio, presentado en la sede central de la UCR en San José, advierte que el alto endeudamiento, los bajos ingresos y el precio de las propiedades han dejado a la mayoría de los hogares fuera del mercado inmobiliario.
A pesar de esta realidad, el 50% de los hogares considera que es un buen momento para comprar casa, aunque el acceso a crédito sigue siendo un obstáculo, especialmente para la clase media y baja
La Encuesta Nacional de Hogares 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) indicaba que el 70% de las familias del país no tenía oportunidad de acceder a una casa propia, ya que casi el 90% de las soluciones habitacionales que ofrece el mercado están diseñadas para solo el 30% de los hogares con mayores ingresos.
“El problema del acceso a la vivienda en Costa Rica no es nuevo, pero los últimos años han agudizado la crisis”, indica el informe, que destaca que los factores económicos y el desempleo han generado una creciente exclusión de las familias del sistema de financiamiento habitacional.
De acuerdo con la Encuesta Continua de Empleo del INEC de 2024, la tasa de desempleo en el país sigue siendo un problema estructural.
Al cierre de diciembre de 2024, Costa Rica tenía 165.000 personas desempleadas, de las cuales 95.000 eran hombres y 70.000 mujeres.
Los hogares de ingresos medios y bajos enfrentan crecientes dificultades para acceder a crédito. Las familias con ingresos menores a los ¢800.000 colones (aproximadamente 1.500 dólares mensuales) tienen pocas posibilidades de obtener financiamiento para adquirir una casa propia.
Déficit habitacional y falta de soluciones asequibles
El informe también señala que 759.055 hogares en Costa Rica requieren vivienda digna, lo que representa un 42,7% del total de casas en el país.
Esta cifra incluye viviendas en condiciones precarias, con daños estructurales o en situación de hacinamiento, de acuerdo con el estudio elaborado por el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica (CFIA), la UCR y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC).
La Región Central del país concentra el 62% de las viviendas y el 65% de los asentamientos informales, con más de 120.000 personas viviendo en precarios. Sin embargo, esta misma región ha recibido proporcionalmente la menor cantidad de bonos de vivienda en la última década.
El acceso a los bonos de vivienda también ha disminuido drásticamente en los últimos años. Mientras que en 2021 se entregaron 11.428 bonos, en 2022 la cifra cayó a 8.369 y en 2023 descendió a 8.222.
Esto representa una reducción del 36% en comparación con 2021, dejando a más de 7.000 familias sin la posibilidad de acceder a una vivienda adecuada.
En cuanto a la oferta del mercado, el estudio revela que la mayoría de las opciones de vivienda en venta no están diseñadas para los sectores de menores ingresos. De los 203 proyectos analizados, un 54% se ubica en los rangos de precio entre 100.000 y 200.000 dólares, mientras que solo un 3% ofrece soluciones por debajo de los 75.000 dólares.
El apartamento más económico del país, según el estudio, está ubicado en Alajuela, con un valor de 71.000 dólares y un tamaño de 52 metros cuadrados.
El informe advierte que la falta de acceso a la vivienda también expone a las familias más vulnerables a los efectos del cambio climático, ya que muchas de estas viviendas están ubicadas en zonas propensas a inundaciones y deslizamientos, y sus propietarios no cuentan con recursos para adaptar las estructuras a los efectos del clima.
Frente a esta crisis, el documento hace un llamado a implementar políticas urgentes para facilitar el acceso a la vivienda, mejorar los planes reguladores y ampliar la cobertura de bonos habitacionales para los sectores más necesitados.