Una operación conjunta entre el Servicio Nacional de Guardacostas (SNG) y el Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) de Costa Rica permitió la captura de una lancha cargada con 2.241 kilos de marihuana en aguas del mar Caribe costarricense, a 265 kilómetros de la costa de Limón.
La embarcación era tripulada por tres ciudadanos nicaragüenses que quedaron bajo custodia de las autoridades.
El ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora, informó que la acción se inició gracias a información proporcionada por agencias de Estados Unidos, lo que permitió activar un operativo de búsqueda e intercepción de la lancha, que navegaba a alta velocidad desde el Caribe nicaragüense hacia aguas costarricenses.
Desde una aeronave de patrullaje, agentes del SVA identificaron la embarcación sospechosa y coordinaron con el grupo de Operaciones Especiales (GOPES) del SNG para desplegar unidades marítimas.
Tras una persecución, la lancha fue interceptada y abordada por las fuerzas de seguridad, quienes hallaron más de 50 sacos con paquetes de marihuana.

Los tripulantes fueron trasladados a Limón y puestos a disposición del Ministerio Público, mientras la Policía de Control de Drogas (PCD) confirmó el peso de la carga incautada.
Costa Rica, clave en la lucha contra el narcotráfico
Costa Rica se ha convertido en un punto estratégico en la ruta del narcotráfico que conecta Sudamérica con Norteamérica y Europa.
Su ubicación geográfica y su amplia zona marítima han hecho que bandas internacionales utilicen su territorio como un corredor para el tráfico de drogas, en particular cocaína y marihuana procedentes de Colombia y el Caribe.
El país no cuenta con ejército desde 1948, lo que ha obligado a las fuerzas policiales a reforzar su capacidad operativa con la cooperación de Estados Unidos y otros países aliados en la lucha contra el crimen organizado.
Según datos oficiales, en 2023 las autoridades costarricenses incautaron más de 48 toneladas de drogas, principalmente cocaína y marihuana, en operativos terrestres y marítimos.
El ministro Zamora ha advertido sobre el creciente papel de bandas locales que colaboran con carteles internacionales para facilitar el tránsito de estupefacientes, lo que ha generado un aumento de la violencia en algunas zonas del país.
Las autoridades costarricenses han intensificado la vigilancia aérea y marítima para frenar el tráfico ilícito, en un contexto en el que los decomisos han aumentado significativamente en los últimos años.