Costa Rica amaneció este lunes contabilizando al menos 8 asesinatos violentos ocurridos durante el fin de semana, en diferentes zonas del país, según los reportes de la prensa local y autoridades como Cruz Roja y Fuerza Pública.
En los Hatillos, una de las zonas más conflictivas de San José, 2 hombres fueron ejecutados a balazos entre el sábado y la noche del domingo.
El segundo de ellos, un joven atacado aproximadamente a las 7:00 de la noche (8:00 de Panamá), recibió 22 impactos de bala, de los cuales 10 le perforaron la cabeza, en una escena que recuerda los métodos propios del sicariato.
En Alajuela, a unos 20 kilómetros al noroeste de la capital, el horror también se apoderó de las calles. Una joven de 22 años, que recién había abordado un vehículo de Uber el sábado por la tarde, fue emboscada y asesinada a tiros desde una motocicleta, apenas a minutos de iniciado su trayecto.
El conductor sobrevivió ileso pero en estado de shock, mientras la víctima dejó a una niña huérfana.
Las autoridades sospechan de una ejecución dirigida, aunque los motivos siguen bajo investigación.
La violencia no dio tregua en Cartago, a unos 25 kilómetros al este de San José, donde un hombre de 47 años murió tras ser atacado a balazos en un presunto ajuste de cuentas durante la noche del sábado.
En la provincia de Limón, al Caribe del país, fue hallado el cuerpo calcinado de un hombre en una zona rural conocida por anteriores hallazgos de cadáveres relacionados con el crimen organizado.
La Cruz Roja Costarricense también reportó múltiples balaceras en diversos barrios de San José entre la noche del viernes y la madrugada del domingo, una muestra más de la expansión del fenómeno violento incluso en sectores de alta densidad poblacional.
Ya en la madrugada de este lunes, en Liberia, Guanacaste —a unos 210 kilómetros al noroeste de San José y conocida como la “capital turística” del país—, un hombre fue acribillado en el estacionamiento de un hotel de lujo. Según reportes preliminares, la víctima intentaba abordar su Mercedes Benz cuando sicarios, que esperaban su salida, descendieron de otro vehículo para ejecutarlo a corta distancia.
Hasta el cierre del viernes, Costa Rica acumulaba 279 homicidios en lo que va del 2025, pero el sangriento fin de semana podría empujar esa cifra a niveles que, de mantenerse la tendencia, romperían el macabro récord de 907 asesinatos registrado en 2023, el año más violento en la historia reciente del país.
La inseguridad ya es percibida como el principal problema nacional. Una reciente encuesta publicada por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica reveló que la violencia supera incluso al desempleo y al alto costo de la vida entre las preocupaciones ciudadanas. Además, informes del sector turístico advierten de una creciente preocupación entre viajeros y agencias internacionales, ante las alertas de seguridad.
La administración del presidente Rodrigo Chaves, quien asumió el poder en mayo de 2022, enfrenta críticas crecientes. Durante su mandato, se han registrado al menos 2.514 homicidios, con un alarmante incremento en la brutalidad de los crímenes, según datos oficiales. Especialistas en seguridad y analistas políticos señalan que, a pesar de los anuncios de estrategias y operativos policiales, el gobierno no ha logrado contener la expansión del narcotráfico, las bandas armadas y la penetración del sicariato en territorios que antes eran considerados relativamente seguros.
Costa Rica, que durante décadas fue vista como un remanso de paz en Centroamérica, enfrenta así un desafío histórico a su imagen y estabilidad, con consecuencias que trascienden sus fronteras.