Los migrantes irregulares de Sudamérica están usando la ruta de la isla de San Andrés, Colombia, para llegar hasta Nicaragua, cruzando el Caribe, para evitar el temido Tapón del Darién en Panamá, dijo el jefe del Estado Mayor de la Armada de Colombia, vicealmirante Orlando Enrique Grisales.
Según el militar, en la Selva del Darién, famosa por los peligros a los que se enfrentan los migrantes, los narcotraficantes obligan a muchos de los que van de paso a transportar droga “en pequeñas cantidades”.
“La migración por San Andrés se ha incrementado. Es un poco más costoso para el migrante, mientras que por el Darién podrían estar pagando entre 2,500 y 3,000 dólares por llegar al Golfo del Urabá y hacer el tránsito terrestre y llegar a territorio panameño para continuar su recorrido. El recorrido por San Andrés, dicho por estos mismos migrantes, es de 5,000 dólares”, dijo en una entrevista a la Voz de América (VOA), de Estados Unidos.
“Se ahorran el tránsito terrestre de Panamá y Costa Rica, pero hemos tenido problemas porque aquí, desafortunadamente, por el relacionamiento político con Nicaragua, no hay esa facilidad que sí hubo con Panamá y el tráfico es más difícil de controlar”, explicó el funcionario.
Agregó que, al igual que por tierra, los riesgos son elevados al intentar utilizar la ruta por mar, porque las embarcaciones en que son llevados los migrantes no cuentan con los recursos mínimos de seguridad y, por razones obvias, no se reportan a los puertos en su paso.
“Son 56 millas náuticas que tienen que navegar entre San Andrés y la costa de Corn Island en Nicaragua. Muchas veces estas embarcaciones no cumplen las normas para hacer navegación de aguas abiertas, como son mínimo dos motores, equipo de comunicación redundante, con VHF y HF para poder tener comunicación en tiempo real en caso de que haya un naufragio”.