La vida del obispo encarcelado Rolando Álvarez está en peligro de muerte, advirtió el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), cuando se cumplen 40 días desde la última vez que se supo de él.
Desde el 9 de febrero de este año, el día en que el religioso se negó a ser expatriado por la dictadura, la misma fecha que el régimen liberó y expulsó a 222 presos políticos, no se tienen noticias sobre sus condiciones.
El CENIDH, una de las organizaciones de derechos humanos más reconocidas de Nicaragua, ha advertido por medio de su cuenta de Twitter de los riesgos de vida que afronta monseñor Álvarez, obispo de Matagalpa y una de las voces más críticas de la dictadura Ortega-Murillo.
Lo último que se supo del religioso salió de boca de Daniel Ortega, cuando dijo en vivo que Álvarez había sido recluido a la cárcel La Modelo, una temida penitenciaría nicaragüense.
Ni la familia ni representantes de la Iglesia Católica han sabido de él, pues les niegan el acceso para verlo.
El caso del religioso es uno de los más emblemáticos de Nicaragua, ya que resume los atropellos a los derechos humanos de los ciudadanos. Este ha sido condenado por el Papa Francisco y la comunidad internacional, que pide su liberación.
Monseñor Álvarez fue detenido el año pasado, acusado de complot contra la dictadura.