El expresidente Donald Trump insistió desde Florida en su inocencia en los cargos penales que hay en su contra, en un discurso desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida, tras ser detenido en Nueva York y luego dejado en libertad condicional.
Además criticó su inculpación en los presuntos pagos para encubrir lo que la Fiscalía de Manhattan considera delitos.
“Nunca pensé que algo así podía pasar en Estados Unidos. El único crimen que cometí fue defender Estados Unidos de aquellos que quieren destruirlos”, dijo el exmandatario.
“Me miran a mí a través del acto de espionaje, cuya pena es la muerte”, agregó sobre la vez que el FBI allanó su casa.
Como en otras ocasiones, Trump recurrió a su “nacionalismo extremo de republicano duro” para contraatacar.
“Y ahora esta interferencia electoral masiva a una escala nunca antes vista en nuestro país, comenzando con el fiscal de izquierda radical Alvin Bragg de Nueva York respaldado por George Soros”, alegó.
Al juez en el caso de Nueva York lo describió como un “juez que odia a Trump con una esposa y una familia que odian a Trump”.