El académico, activista y exprisionero político nicaragüense, Félix Maradiaga, volvió a resumir a su país como una inmensa prisión en la que la dictadura, a base del terror y la violencia, somete a toda una sociedad a los caprichos de poder de Daniel Ortega y Rosario Murillo, presidente y vicepresidente.
En una presentación como parte de los oradores de “serie de exposiciones de líderes latinoamericanos”, Maradiaga, expatriado por el régimen, dijo que tiranías como la que se vive en Nicaragua no solo restringen a los ciudadanos, sino también los aniquilan.
“Las dictaduras, como el régimen de Ortega-Murillo, se basan en la violencia, la intimidación y la propaganda para mantener su control del poder, dejando a los ciudadanos impotentes y vulnerables”, dijo.
“Sé por experiencia personal dolorosa que este tipo de regímenes está dispuesto a asesinar, torturar, violar, mentir, engañar y sobrepasar cualquier límite moral imaginable para mantener su poder. Sin embargo, el sistema internacional trata a estos regímenes con vacilación”.
“Las dictaduras no pueden ser tratadas con las mismas reglas diseñadas para la democracia. Si queremos salvar vidas y devolver la esperanza, la libertad y la dignidad a los pueblos oprimidos, se requiere una nueva forma de enfrentar las dictaduras. Esta debe ser una guerra sin armas, donde se usen todas las herramientas de la diplomacia con todo su poder. De lo contrario, se afianzarán en el poder, burlándose del sacrificio y de la sangre de quienes lo han entregado todo”, añadió.
“El ADN del sandinismo es el mismo que el de los aparatos represivos de Cuba o Venezuela. Para que nuestra lucha cívica y no violenta sea efectiva, el apoyo internacional es crucial”,
Félix Maradiaga, activista y académico nicaragüense.
Maradiaga, liberado junto a 221 presos políticos el 9 de febrero pasado y quien ahora carece de nacionalidad como castigo de Ortega por ser opositor, participó del evento en una iniciativa de la excongresista Ileana Ros Lethinen. Habló ante representantes de los centros de pensamiento con sede la ciudad de Washington DC, staff del congreso de Estados Unidos y comunidad académica.
Habló, además, de la resistencia como individuos que no se doblegan ante el poder, de la esperanza de salir del oscurantismo político, de la valentía y de los deseos de toda una sociedad a vivir en un país donde se respeten las garantías elementales de los individuos.
Incluso mencionó la sofisticación de las dictaduras, refiriéndose al cambio de métodos para pisotear a los ciudadanos. Y esto es algo que notablemente está ocurriendo en Nicaragua, donde a los opositores los encarcelan y en 24 horas los liberan, con la condición que se presenten a firmar a diario a una comisaría policial.
Esto, según expertos, es para quebrantarles hasta el espíritu y desesperarlos.
Según Maradiaga, debido a la dictadura el 15% de la población se ha exiliado.
Daniel Ortega gobierna Nicaragua desde 2007, tras un triunfo en elecciones, y se aferró al poder destruyendo todo lo que podía hacerle contrapeso, pasando por la empresa privada y sus organizaciones, las ONG, universidades y hasta socavando a la misma Iglesia Católica.