Un informe de la organización internacional Human Rights Watch llama a Honduras a adoptar medidas urgentes contra una de las enfermedades estructurales que padece como Estado: la corrupción.
El reporte de la ONG, que según la misma institución fue enviado a la presidenta Xiomara Castro y al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, aborda la amplia y profunda probllemática como uno de los detonantes para la constante violación de los derechos humanos de esta empobrecida nación de 10.2 millones de habitantes.
En el mismo recalcan que la potencial creación de una comisión internacional de vigilancia en contra de la corrupción es positivo y permite abrir una brecha en el combate a la cultura del aprovechamiento de parte de políticos y otros actores importantes en la sociedad.
El gobierno hondureño y la ONU trabajan en la conformación de este equipo de expertos (CICIH), que realizaría investigaciones autónomas.
Nuevo informe de @hrw_espanol expone el enorme impacto de la corrupción en los derechos humanos en Honduras.
Incluye recomendaciones para fortalecer el Estado de derecho y para que el dinero público no acabe en el bolsillo de unos pocos.https://t.co/3zztoZh92S
— Human Rights Watch (@hrw_espanol) June 10, 2023
“La promesa de la presidenta Castro de combatir la corrupción, en una región donde aquellos en el poder están cada vez más implicados en ella, fue un paso positivo”, indicó Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch. “Pero, habiendo transcurrido más de un año desde que asumió, la presidenta debe demostrar a la población hondureña que hablaba en serio”, agregó.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción, Honduras ocupa el puesto 157 de 180 a nivel mundial, por encima de Nicaragua, Haití y Venezuela.
“La corrupción sistémica puede privar al gobierno de fondos que servirían para invertir en salud, educación, agua potable, vivienda y otros derechos. También afecta peligrosamente funciones esenciales del Estado, distorsiona la rendición de cuentas y normalmente da lugar a ataques dirigidos contra la independencia judicial y la libertad de expresión que buscan impedir u obstaculizar investigaciones por parte del sistema de justicia y de la prensa”, advierte Human Rights Watch.
Un ejemplo de corrupción profunda hondureña es el encarcelamiento del expresidente Juan Orlando Hernández, enjuiciado en Estados Unidos por delitos de narcotráfico.