Los investigadores de una antigua pirámide de templos en Ucanal, una ciudad precolombina en el norte de Guatemala, descubrieron los restos quemados de al menos cuatro adultos, probablemente de linaje real. Este hallazgo significativo proporciona una rara visión de la destrucción intencional de cadáveres en la cultura maya, una práctica que se cree que conmemora los cambios políticos dramáticos.
Christina T. Halperin, autora principal del estudio y profesora asociada de antropología en la Universidad de Montreal, detalló las circunstancias inusuales del entierro.
Los restos se encontraron debajo de aproximadamente 1.50 metros de bloques de piedra en una cámara debajo del templo, un lugar inusual para los entierros reales, que suelen ser más accesibles para las ofrendas.
“Aquí faltan los signos habituales de un entierro real. Simplemente lo tiraron en este lugar y luego tiraron todo el relleno de construcción justo encima de él”, explicó Halperin.
La datación por radiocarbono indica que los restos se quemaron entre 773 y 881, aunque los individuos habían muerto décadas, tal vez incluso un siglo, antes.
Esto sugiere que el incendio estuvo relacionado con eventos mucho después de su muerte.
Entre los restos había miles de objetos quemados, incluidos adornos de piedra verde y armas, que subrayaban el estatus real del difunto.
La quema de estos artefactos y restos marcó una desviación de las prácticas tradicionales para la realeza maya y arrojó luz sobre el ascenso de un nuevo tipo de líder que probablemente redefinió el poder durante un momento de transformación social.
Los registros mayas tallados de alrededor de principios del siglo IX documentan las hechas de un nuevo gobernante llamado Papmalil, cuyo nombre y título, “ochk’in kaloomte” o “señor occidental”, sugieren un origen extranjero y una conexión con el liderazgo militar.