Cádiz recuerda el debut hace 41 años de su máximo ídolo, el salvadoreño “Mágico” González

A Jorge “Mágico” González lo recuerdan con un amor casi inexplicable en el equipo español. Casi, porque sólo en el fútbol se entienden esas pasiones como las de toda una ciudad por un jugador.

La máxima figura salvadoreña del fútbol, Jorge “Mágico” González, debutó hace 41 años en el Cádiz español y el club recordó la fecha como un suceso y publicó una fotografía de aquel momento considerado para el equipo gaditano como todo un suceso.

“Un día como hoy de 1982 debutaba con la camiseta del Cádiz el mejor jugador de la historia: ¡MÁGICO GONZÁLEZ!”, publicó el Cádiz Club de Fútbol en sus redes sociales, junto a una imagen en la que se ve al “Mágico” saltando detrás del balón, ante la fuerte marca de un rival.

Aquel domingo 5 de septiembre, con tan solo 24 años, Jorge González comenzó a construir su leyenda en un equipo donde hasta el momento le consideran como el mejor que se ha enfundado su uniforme.

González, un ídolo de multitudes en El Salvador, era capaz de hacer malabares con el balón pegado a sus pies en cualquier cancha en la que jugara.

Desenfadado y cargado de una simple simpatía, a Jorge en más de una ocasión se le vio caminando sin zapatos por la ciudad española, porque su calzado lo había regalado a algún niño pobre.

Dueño de un regate sin igual, capaz de hacerle tres pasadas seguidas a un defensa del Real Madrid o Barcelona de la época, fue “nombrado” como el mejor jugador del mundo por Diego Armando Maradona en los 80.

El amarillo del Cádiz y el “Mágico” hicieron un match perfecto desde el inicio de su carrera con el equipo, en un juego amistoso contra el Trebujena.  

Casado también con la juerga nocturna y la indisciplina, Jorge, a pesar de ser extraordinario en la cancha, terminó cansando incluso a quienes lo amaban y un par de años después, con el equipo en segunda división, fue transferido al Valladolid.

“Reconozco que no soy un santo, que me gusta la noche y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. Sé que soy un irresponsable y un mal profesional y puede que esté desaprovechando la oportunidad de mi vida. Lo sé, pero tengo una tontería en el coco (cabeza): no me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Sólo juego por divertirme”, dijo en una ocasión, en sus mejores años como futbolista.

Tan fiestero era que los bares de entonces en ese rincón español eran como su casa. El equipo, en un intento de enderezarle ese aspecto de su vida, llevó a sus amigos salvadoreños para que le convencieran “de que se portara bien”. Fue en vano.

Mencionar a Jorge González o sólo el sobrenombre “Mágico” en Cádiz es suficiente para que quienes le vieron jugar ahí suelten una lágrima de emoción al recordarle.

Jorge, cuyo nombre lleva el principal estadio estatal de El Salvador, ahora con 65 años y con el pelo teñido de plata por el tiempo, no puede pasar desapercibido ni en su país natal ni en su ciudad adoptiva, Cádiz, donde cada vez que llega desata locuras no vistas por alguien más.

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