El pequeño club de los medallistas olímpicos de Centroamérica

Dos mujeres costarricenses, dos panameños y un guatemalteco. Paremos de contar. Estos son los atletas que han ganado medallas en diferentes Juegos Olímpicos.

 

Claudia María Poll Ahrens, aquella atlética joven de 1.91 metros, fue capaz de enmudecer a toda Costa Rica mientras zucarba como un torpedo la piscina en los Juegos Olímpicos de Atlanta, el 21 de julio de 1996, para después hacer estallar a sus ciudadanos en una alegría nunca antes experimentada. Aquel domingo, en sólo un minuto con 58 segundos y 16 centésimas, la tica ganó la medalla de oro en 200 metros libres.

Nunca antes un atleta centroamericano había logrado semejante hazaña. Ese día, la joven escribió su nombre para la posteridad.

En Sidney 2000, ganó 2 platas, una en 200 metros libres y otra en los 400.

Ella, su hermana, Sylvia, quien consiguió la plata en 200 metros libres en natación en Seúl 1998, son del selecto club de centroamericanos con medallas olímpicas.

En ese selecto grupo figura, además, el panameño Irving Saladino, dueño del oro del salto de longitud en Pekín 2008 y el marchista guatemalteco Erick Barrondo, quien se adueñó de la plata en la caminata 20 kilómetros en Londres 2012.

Mucho antes de todos ellos, el panameño Lloyd La Beach ganó 2 bronces en los Juegos Olímpicos de Londres 1948, en los 100 y 200 metros planos.

El panameño de oro

Irving Saladino se convirtió en héroe a el 18 de agosto de 2008 a 14,300 kilómetros de su casa, en Pekín, cuando ganó la medalla de oro de salto largo.

Tras su victoria, se arropó con la bandera de su país. Sonrió y mostró la lengua. Su imagen hizo suspirar a sus paisanos, quienes lo elevaron a una categoría superlativa.

De Alta Verapaz para el mundo

En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Erick Barrondo hizo historia al ganar la primera medalla olímpica para Guatemala en la prueba de 20 km marcha. Terminó en segundo lugar con un tiempo de 1:18:57, sólo 11 segundos detrás del ganador de la medalla de oro, Chen Ding de China. 

Este logro marcó un momento histórico para Guatemala, que nunca antes había ganado una medalla olímpica desde que empezó a participar en los Juegos en 1952.

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