Este 7 de enero se cumplen 110 años desde que la grúa Alexander La Valley -de bandera francesa- concretó el primer tránsito por el Canal de Panamá, una vía comercial que une a las Américas.
La celebración coincide con una de las peores crisis de la terminal debido a una sequía sin precedentes en siete décadas, que ha lastrado la operación y sirve de espantapájaros para las navieras que antes utilizaban sus esclusas.
500 años detrás de la hazaña
La historia del canal interoceánico se remonta al año 1513, cuando Vasco Núñez de Balboa -conquistador español- descubrió que una estrecha franja de tierra separaba los océanos Atlántico y Pacífico. En 1534, Carlos I de España ordenó un estudio para la construcción de un paso a través del istmo, pero el gobernador de Panamá opinó que la hazaña sería imposible.
En 1876 hubo un giro en el timón cuando la Sociedad Geográfica de París creó un comité para que explorara Centroamérica, cuya misión incluía la posibilidad de un canal. Cuatro años después, comenzaron los trabajos de construcción con 300 millones en bonos vendidos a inversionistas franceses y se formó la Compañía Universal del Canal Interoceánico de Panamá, pero quebró en 1889 por problemas financieros, derrumbes en las excavaciones y propagación de la malaria y la fiebre amarilla.
Control de EE. UU.
Esta fue la ventana de oportunidad para que Estados Unidos tomara control de la vía. Washington estaba interesado en construir un canal en América Central y su primera opción fue a través de Nicaragua, incluso presentó esta propuesta cuando los franceses buscaban financiamiento, pero fue descartada.
Con los problemas financieros, los franceses estaban interesados en deshacerse del canal y Estados Unidos comenzó las negociaciones con Colombia, ya que en ese momento Panamá era considerada una provincia colombiana hasta 1903.
Un año después, el gobierno estadounidense compró la Compañía Francesa por $40 millones y comenzó la construcción del canal, que concluyó 10 años después con una inversión estimada en $375 millones.
El 15 de agosto de 1914 se inauguró el Canal de Panamá con el tránsito del vapor Ancón, Sin embargo, el gobierno panameño resentía que no tenía control en el territorio y comenzó la búsqueda para recuperar la soberanía del territorio.
El tema generó antagonismo entre Estados Unidos y Panamá. Incluso, en enero de 1964, un grupo de estudiantes intentó izar una bandera panameña y fueron reprimidos por militares estadounidenses, que llevaron al gobierno centroamericano a romper relaciones diplomáticas.
Las pláticas se demoraron hasta 1977, con la suscripción del Tratado Torrijos-Carter que estableció que el canal pasaría al gobierno panameño en 1999. El Congreso estadounidense delegó una comisión para que administrara la terminal y el 31 de diciembre de 1999 se transfirió la operación.
En ese momento se creó la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), que está a cargo de la administración y operación de la terminal. En octubre de 2006, a través de un referéndum, se aprobó una ampliación que se entregó en 2016.
Años de crisis
La escasez de lluvias en 2023 empujó a la ACP a reducir el número de embarcaciones, que pasó de 38 a 24 contenedores diarios, generando un atasco marítimo en la terminal, considerada el motor de la economía panameña y que atiende a más de 14,000 buques anuales.
De momento, la crisis no parece tener solución más que esperar la benevolencia de las condiciones climáticas y que llueva suficiente durante el invierno para que la ACP aumente el tránsito diario.
La crisis deja tres caminos para las navieras: esperar un turno para cruzar la vía interoceánica durante más de 10 días, comprar un pase en las subastas de la ACP o buscar en el mapa vías alternas.
Waypoint Port Services calcula que las navieras habían pagado más de $235 millones en 2023 en las subastas para cruzar el canal, un colchón que mantuvo los ingresos de la ACP.
Erick Córdoba, gerente de la División de Agua de ACP, confirmó recientemente que para asegurar la operación del canal se requiere una inversión de más de $2,000 millones en obras que estarían listas en los próximos seis años. Esto incluye la construcción de un túnel de ocho kilómetros a través de la montaña para traer agua dulce desde el lago Gatún.
En noviembre de 2023, la ACP también señaló que trabaja en una nueva línea de abducción para conectar Gamboa con Paraíso, un proyecto del que esperaba recibir las licitaciones durante enero.
Sin embargo, cualquier intervención debe pasar por aprobación del Congreso de Panamá y tendrá un costo ambiental y social de la población que deberán remover para construir nuevas reservas de agua.