El crecimiento de la región centroamericana es robusto, aunque hay claras señales de una desaceleración, matiza el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) en un análisis publicado en agosto.
El reporte retoma que la actividad económica regional creció un 4 % interanual a mayo de 2024, por debajo del 6 % que registró en abril. Sin embargo, minimiza que la desaceleración presione la economía que ha mostrado un “crecimiento sostenido” gracias al dinamismo de los sectores de transporte, comercio, actividades de turismo, así como la intermediación financiera.
Con datos actualizados a junio, las tasas de mayor crecimiento de la actividad económica se registran en República Dominicana, con 4 %, mientras que El Salvador tuvo el peor desempeño en apenas 0.3 %.
El aliciente para las economías centroamericanas es la inflación, que se mantendrá sin variaciones bruscas en los próximos meses. “En la mayoría de países (excepto en Costa Rica), ha retornado a los niveles de normalidad o niveles naturales en concordancia con ausencia de crisis”, sostiene el BCIE.
Según el análisis del multilateral, la reducción de las tasas inflacionarias desde los picos históricos de 2022 es el “resultado combinado del efecto de la reducción de las presiones globales, la baja en los precios de las materias primas y la postura de la tasa de política monetaria de los países”.
El ingreso de las remesas familiares, motor de las economías del Triángulo Norte centroamericano, se mantiene en dígitos positivos, aunque El Salvador muestra el crecimiento más bajo de solo 0.8 % en el primer semestre mientras que se observa un 12 % en Nicaragua.
Entre enero y junio, los ingresos acumulados sumaron $10,271.4 millones en Guatemala, $4,628.5 millones en Honduras y $4,052.0 millones en El Salvador, mientras que a Nicaragua totalizaron $2,052.7 millones mayo.
Las exportaciones, generadores de divisas y un indicador sensible de la dinámica empresarial, mantuvieron una caída generalizada en la región, al igual que las importaciones como reflejo de una “demanda interna compensada”.
Solo Costa Rica (7 %) y República Dominicana (2.3 %) mostraron crecimiento en las exportaciones, mientras que Panamá tuvo la mayor caída como consecuencia del cierre de la minería de cobre.
En su análisis, el BCIE señala que el empleo formal creció en toda la región, pero a diferente ritmo, con variaciones que oscilaron entre 1.1 % en Nicaragua y 6.9 % en Guatemala.
De igual manera, el BCIE señala que las reservas internacionales netas (RIN) aumentaron en la mayoría de las economías, principalmente en Costa Rica con 23.4 %, seguido de El Salvador con 21.3 %, Nicaragua con 19.1 % y Guatemala con 5.6 % a julio. En contraste, disminuyeron 11.1 % en Honduras y 9.2 % en Panamá.
Los movimientos de las RIN, que son “ahorros” de las economías para emergencias, están asociados a los ingresos de las remesas, la balanza comercial, los desembolsos de financiamiento y la inversión extranjera directa. Según el BCIE, la mayoría de los países de la región tienen suficientes para cubrir tres meses de importaciones, que es el indicador del Fondo Monetario Internacional (FMI).