Un reciente informe del Estado de la Nación revela que la desigualdad económica en Costa Rica es más grave de lo que indicaban previamente las encuestas de hogares.
Este hallazgo, divulgado el 27 de noviembre, señala que las personas de altos ingresos en el país concentran una mayor proporción de la riqueza que la reportada anteriormente, posicionando a Costa Rica entre los países con mayor desigualdad en la distribución del ingreso, tanto en América Latina como en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
De acuerdo con el Estado de la Nación 2023, la desigualdad en la distribución del ingreso ha alcanzado niveles históricamente altos en el país.
El Estado de la Nación revela que Costa Rica tiene una mayor desigualdad de la que creíamos. ¿Cómo se distribuyen los recursos? Esto explica la investigadora Pamela Jiménez. pic.twitter.com/RToO0FG9Hl
— Interferencia (@interferenciacr) November 24, 2023
Utilizando el coeficiente de Gini, un indicador estándar para medir la desigualdad de ingresos, se observó una reducción entre 2021 y 2022, lo que implica un aumento en la desigualdad.
Este fenómeno se atribuye a una contracción de los ingresos en casi toda la población, excepto en los sectores más pobres, que ya contaban con niveles extremadamente bajos de ingreso.
El informe también enfatiza que este tipo de métricas suele omitir otras formas de disparidad, subrayando la necesidad de una visión más amplia y detallada de la situación económica del país.
Resalta, además, el impacto negativo de la desigualdad de ingresos en el desarrollo humano y la salud de la democracia, afectando la participación ciudadana.
A pesar de un crecimiento económico en 2022 del 4,3%, que ha llevado a la economía costarricense a niveles similares a los previos a la pandemia en 2019, el país muestra una creciente disparidad en la productividad y el empleo.
Esta situación es especialmente notable en la economía tradicional y en las regiones periféricas.
El informe resalta la dualidad en la economía de Costa Rica: mientras las zonas francas muestran un crecimiento saludable y generan empleo, el régimen definitivo, que comprende la mayor parte del tejido empresarial del país, muestra un crecimiento más lento y limitadas oportunidades laborales.
Esta situación pone de manifiesto los desafíos para impulsar el empleo y mejorar la dinámica de la recaudación tributaria en el país.
“Las empresas fuera de las zonas francas tienen una tasa de sobrevivencia muy inferior a las empresas que gozan de beneficios. Recordemos además que en 2022 el régimen definitivo compuso el 87% del PIB y el especial, el 13%”, explica Pamela Jiménez, Coordinadora del Capítulo Económico del Estado de la Nación.
El Estado de la Nación hace un llamado a reconocer y abordar la profunda desigualdad económica en Costa Rica, un reto fundamental para el país en su camino hacia un desarrollo más equitativo y sostenible.