Costa Rica, el único de Centroamérica con inflación negativa después de cifras récords

En el resto de la región, la inflación desacelera después de picos inéditos en 2022.

Costa Rica es el único país de Centroamérica en registrar 3 meses seguidos una tasa de inflación negativa después de cifras récords en 2022. La inflación desacelera en el resto de la región, pero no deja de representar un riesgo para una convaleciente actividad económica.  

La economía costarricense entró en junio pasado a una fase de deflación, que ocurre cuando los precios bajan presionados por una oferta de bienes y servicios superior a la demanda. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Inec) registra que el índice se situó en -3.28 %, la tasa más baja en 10 años.

Los niveles inflacionarios, que han socavado la capacidad de compra de los hogares, comenzaron a subir en 2020. En ese momento, las cadenas logísticas colapsaron con la reapertura de las grandes economías mientras que en los puertos no había suficiente personal para transportar las mercaderías, lo que generó un cuello de botella que terminó afectando a todo el mundo con demoras e insumos más caros.

Los economistas esperaban que la situación se regulara en 2022, pero en marzo de ese año se sumó un nuevo elemento al caldo de problemas: la invasión rusa a Ucrania. El conflicto bélico disparó el precio del crudo por encima de los $120 el barril, así como los precios de los insumos agrícolas.

De esa manera, la inflación en Costa Rica tocó su máximo en 12.1 %, Panamá llegó a 5.2 % y El Salvador alcanzó un 7.3 %. Lo mismo ocurrió en Nicaragua, donde el índice llegó a 12.2 %; en Honduras fue de 10.9 % y en Guatemala de 9.7 %.

Una inflación alta es un duro golpe para los hogares, pues básicamente significa un encarecimiento del costo de la vida y las familias se ven obligadas a sacrificar ciertos gastos para cubrir sus necesidades más apremiantes. Una baja en este indicador permite un uso más eficiente de los ingresos y estimula la demanda. Esto se traduce a su vez en más empleo en las empresas y dinamiza la actividad económica.

La inflación quita el pie del acelerador

Los economistas han explicado que la inflación en la región es “importada”, derivada de los desajustes en las grandes economías. La Reserva Federal (Fed, banco central) de Estados Unidos emprendió así una cruzada para elevar las tasas de interés (encarecer el dinero) y controlar la inflación a un 2 %, el porcentaje considerado sano para su economía.

Los bancos centrales en cada país también implementaron ajustes para controlar sus galopantes tasas inflacionarias, con excepción de El Salvador y Panamá que dependen de la política monetaria de la Fed al ser una economía dolarizada.

Después de los picos de 2022, en el resto de la región la inflación muestra signos de una desaceleración. Esto no significa que los precios de los bienes y servicios bajen, sino que, por el contrario, siguen subiendo, pero a tasas mucho menos agresivas que las registradas el año pasado.

En agosto, la inflación interanual de Guatemala se situó en 4.5 % y en Honduras en 4.7 %.

Panamá y El Salvador tienen los ratios más bajos, de 2.2 % y 3.09 %, respectivamente. En tanto, en Nicaragua se situó en 3.59 %.

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