La tasa de desempleo en Costa Rica se ubicó en un 7% durante el último trimestre evaluado, según el más reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Este porcentaje representa un aumento de 0,4 puntos en comparación con la medición anterior y equivale a un total de 166.413 personas buscando activamente empleo en el país.
A pesar del ligero incremento en el desempleo, el informe muestra un crecimiento significativo en el número de personas ocupadas.
En comparación con el mismo periodo del año pasado, 157.000 personas más tienen empleo, situando la población ocupada en 2.219.438 personas. Esto representa un aumento de la tasa de ocupación del 49,5% al 52,6%, es decir, un incremento de 3,1 puntos porcentuales.
La fuerza laboral costarricense está compuesta por 2.385.851 personas, mientras que 1.830.534 están fuera de la fuerza de trabajo, de las cuales el 63% son mujeres.
Según el INEC, esta disminución en la tasa de no participación, que pasó del 46,3% al 43,4%, es un cambio estadísticamente significativo.
Persiste la informalidad laboral
El empleo informal se mantiene como una preocupación importante, afectando aproximadamente al 40% de los trabajadores. Este segmento incluye a quienes laboran sin acceso a beneficios laborales ni seguridad social, una situación que evidencia los retos estructurales del mercado laboral costarricense.
La brecha de género sigue siendo notable en el ámbito laboral. De las personas desempleadas, 94.595 son hombres y 71.828 son mujeres.
Sin embargo, el número de mujeres fuera de la fuerza laboral continúa siendo mayor, muchas de ellas dedicadas a labores de cuidado, estudios o desalentadas por las limitaciones del mercado de trabajo.
Dianny Hernández, Coordinadora de la Encuesta Continua de Empleo, destacó estas diferencias, subrayando que las mujeres enfrentan barreras adicionales para ingresar al mercado laboral, incluidas cargas domésticas desproporcionadas y falta de acceso a oportunidades.
A pesar de los desafíos, los datos del INEC reflejan señales positivas en el aumento de la ocupación y la participación laboral. No obstante, la alta tasa de informalidad y las brechas de género en el empleo y la participación laboral resaltan la necesidad de políticas públicas que fomenten la inclusión y mejoren la calidad del trabajo en el país.
Costa Rica, cuya economía depende en gran medida del comercio y los servicios, enfrenta retos significativos para consolidar una recuperación económica inclusiva que beneficie a todos los sectores de la población.