El 45 % de los adultos mayores a 60 años en Costa Rica no tiene una pensión

Las personas cerca de la edad de jubilación salen de la fuerza laboral debido a la débil generación de empleos.

La Caja Costarricense de Seguro Social tiene uno de los regímenes más importantes de pensiones del país.

El 45 % de los adultos mayores a 60 años en Costa Rica no tiene una pensión, una condición que supone un deterioro en la calidad de la vida y mayor riesgo de caer en pobreza, advierte el último informe del Programa Estado de la Nación.

El centro de investigación publica cada año una revisión exhaustiva a la situación socioeconómica de Costa Rica. Su último reporte señala que en 2022 un 55 % de las personas mayores a 60 años podrían optar por una salida “segura” del mercado laboral al tener pensión, aunque no garantiza una vejez de calidad y presiona la sostenibilidad del sistema previsional.

Del segmento con pensión, un 13 % corresponde al esquema no contributivo, un régimen de protección social para ciudadanos que no pueden cotizar como adultos mayores, personas inválidas, viudas o huérfanos.

En el informe se plantea que un 62.2 % de la población económicamente activa (PEA) –personas en edad laboral que se encuentran ocupadas– tenía cobertura de un seguro de pensión en 2022, un porcentaje inferior al 62.7 % registrado en 2021.

Aparente reducción del desempleo

En el juego económico, cuando una persona tiene un buen empleo se contribuye a la reducción de la pobreza y la desigualdad, al tiempo que se garantiza el financiamiento a la seguridad social y la cotización a una pensión contributiva. Esto es un “aspecto relevante en un país que experimenta un rápido envejecimiento de la población”, señala en su reporte.

Costa Rica cerró el primer trimestre de 2023 con una tasa de desempleo de 10.6 %, por debajo del nivel prepandemia. Sin embargo, el centro de investigación explica que la “aparente mejora” es parte de un “efecto contable” atribuido a que menos personas buscaron trabajo, no tanto a que menos costarricenses estuvieran sin empleo.

La crisis de la pandemia profundizó una tendencia de que cada vez más la población sale de la fuerza del trabajo por la debilidad del crecimiento económico para crear nuevas oportunidades laborales.

Esta fuga en las personas fuera de la fuerza laboral (FFT) tiene rostro de mujer, sobre todo destaca un grupo cercano a la edad de jubilación. El peso de la población mayor a 60 años dentro de la FFT pasó de un 39 % en 2019 a un 44 % en 2023.

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