El cambio climático reducirá la producción de frijoles y maíz en Centroamérica

Los escenarios del estudio de la CEPAL advierten que los rendimientos del maíz se podrían reducir en un 8 % en 2030, al igual que los cultivos de frijoles y arroz.

Los cultivos de maíz se verían afectados por el cambio climático.

La producción de maíz y frijoles, granos clave en la dieta de los centroamericanos, se reducirá paulatinamente en los próximos años debido al aumento de las zonas vulnerables por el cambio climático, concluye un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La investigación, elaborada junto a las autoridades de agricultura y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), evaluó los diferentes niveles de vulnerabilidad del sector agrícola frente al cambio climático por cada país.

Centroamérica es una región agropecuaria, por lo que está expuesta a los embates del cambio climático, que se traducen en un mayor número de eventos –tormentas y sequías– y con mayor duración.

Aunque el sector agrícola se ha reducido en las últimas décadas, aún tiene una participación importante en las economías regionales: en Nicaragua representa un 16 % del Producto Interno Bruto (PIB), en Honduras un 10 %, en Guatemala un 9 %, en Belice un 7 %, en El Salvador un 5 %, en Costa Rica un 4 % y en Panamá un 3 %.

La producción se concentra en maíz, frijoles y arroz, que en conjunto suministran un 33 % del total de energía (calorías) en la región centroamericana. Solo el maíz aporta un 20 %, una dependencia mucho mayor en comparación con el promedio mundial, situado en un 5 %, señala el estudio de la CEPAL.

Estos granos también cubren un 36 % de la proporción de proteínas requeridas por los centroamericanos.  

El rendimiento de frijoles bajaría entre un 10 % y un 17 %, según el estudio.

¿Qué ha ocurrido y qué se avecina?

El estudio señala que el crecimiento del cultivo de maíz se redujo en un 5 % desde 1981, pero lo peor está por venir, pues se prevé que los rendimientos de este grano se contraigan en un 8 % para 2030 ante el riesgo de ocurrencias de eventos extremos.

El rendimiento de frijoles bajaría entre un 10 % y un 17 %, de arroz entre un 12 % y un 23 %, y de café de un 9 % a un 18 %.

El incremento de temperaturas y la presencia más severa del fenómeno climático de El Niño llevarán de igual manera a una disminución en la disponibilidad de agua. El escenario previsto es que para 2060 –en 40 años– los niveles de agua se reduzcan un 36 % y para 2090 –en 70 años– serán un 64 % inferior a los actuales valores.

La zona de San Vicente, en El Salvador, sería de las más afectadas.

Las regiones más sensibles al cambio climático.

El estudio de la CEPAL elaboró un índice de vulnerabilidad de la agricultura ante la variación y el cambio climático por regiones en cada país centroamericano.

En tal caso, las provincias de Heredia, norte de Limón, Alajuela, norte de Guanacaste, norte de Puntarenas y sureste de San José muestran los valores más altos de exposición a eventos extremos en Costa Rica. 

Para El Salvador, el estudio encontró que los valores más predominantes se encuentran en los departamentos de La Paz, Usulután, San Miguel, La Unión y San Vicente por el mayor riesgo a sequías y la exposición directa a los huracanes.

Guatemala tiene mayor vulnerabilidad en la zona central, en específico en El Progreso, Zacapa, Chiquimula y Jalapa. Esta es una región de alto riesgo a sequías y con fuerte componente de actividad agrícola. También se incluye el departamento de Petén y la costa del Pacífico.

Los departamentos de Choluteca, El Paraíso, Valle y el sur de Francisco Morazán, en Honduras, mientras que en Nicaragua los índices de mayor vulnerabilidad se concentran en el corredor seco, que comprende Carazo, Granada, Masaya, Managua, León, oeste de Matagalpa, Estelí, Madriz y Nueva Segovia.

Panamá concentra su riesgo en una zona denominada “Arco Seco”, ubicada al este de Los Santos, Veraguas y Herrera y al sur de Coclé.

 

 

 

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