El Niño presionará las finanzas de los países centroamericanos, advierte Fitch

Los escenarios climáticos advierten que la región se enfrentará a un “Súper Niño” en 2024, un fenómeno asociado a largos períodos de sequía y altas temperaturas.

El fenómeno de El Niño golpeará intensamente la región este año y el venidero.

Después de un 2023 con temperaturas que rompieron récord, 2024 no será diferente con el riesgo del fenómeno climático del “Súper Niño”. Las tensiones ambientales derivadas de estos eventos, sobre todo pérdidas en la agricultura, presionarán a las finanzas y el crecimiento de los países centroamericanos, que de por sí ya enfrentan desafíos fiscales, advierte Fitch Ratings.

Tras un largo capítulo de tres años de La Niña, Centroamérica se enfrenta este 2023 a El Niño, asociado con sequías seguidas de intensas lluvias. Los expertos coinciden que el fenómeno ha estado presente en la evolución de los seres humanos, el problema radica que, con el cambio climático, los períodos son más intensos y se agravan las pérdidas económicas.

En un análisis publicado este miércoles, la calificadora recuerda que al menos 40 países están expuestos directamente a los efectos de El Niño, incluyendo Costa Rica (BB- /estable), El Salvador (CCC+), Guatemala (BB/estable), Nicaragua (B-/positiva) y Panamá (BBB-/negativa).

“Las condiciones ambientales que frenan la actividad económica podrían perjudicar los perfiles crediticios de los soberanos vulnerables, que ya enfrentan un acceso restringido al financiamiento o tienen un historial de aumento de la deuda durante las crisis”, advierte en su reporte la agencia.

Un 34 % del territorio centroamericano es considerado como el corredor seco, al menos 19,300 kilómetros cuadrados, desde Chiapas (México) hasta Panamá. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más de 10 millones de personas que viven en esta franja dependen de actividades agrícolas, de las cuales un 80 % se encuentra en condiciones de pobreza.

Fitch Ratings recuerda que una menor producción agrícola se traduce en menos exportaciones o aumento en las importaciones de productos alimenticios, lo que conlleva a un agravamiento de los niveles inflacionarios. A su vez, la reducción de lluvias se refleja en una menor generación hidroeléctrica y se cubre la demanda con búnker, cuyo precio depende de la volatilidad del mercado internacional.

Aunque algunos soberanos tengan una menor calificación crediticia, siempre pueden verse afectados por un aumento general de la canasta básica a nivel mundial. “Los gobiernos pueden desplegar subsidios o transferencias para mitigar el efecto, pero pesa sobre las métricas fiscales”, aún endebles por la pandemia de covid-19 y la galopante inflación registrada en los últimos dos años.

La FAO prevé que la producción de cereales a nivel mundial llegue a 1,513 millones de toneladas en 2023, un nuevo récord gracias al aumento en la cosecha de maíz en Estados Unidos y Brasil. Fitch considera que este escenario se confirma sería un amortiguador en el riesgo de interrupción en el suministro de alimentos para 2024.  

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