La decisión del presidente estadounidense Donald Trump de suspender por 90 días la imposición de aranceles a decenas de países ha generado reacciones en Guatemala, particularmente de sectores clave como el café y la agroindustria. Aunque la medida podría representar un alivio temporal, líderes gremiales advierten que aún es prematuro celebrar.
Desde la Asociación Nacional del Café (Anacafé), directivos expresaron que están a la espera de conocer la versión oficial del anuncio para determinar si Guatemala está incluida entre los países beneficiados por la “pausa arancelaria” decretada desde la Casa Blanca.
En un comunicado oficial, destacaron que el café guatemalteco es uno de los principales productos de exportación hacia Estados Unidos, por lo que consideran indispensable continuar trabajando junto al Gobierno para retomar el esquema de libre comercio pactado en el marco del DR-CAFTA.
“En caso sea así, vemos positivo, sobre todo que EE.UU reconsidere la implementación de dicha medida”, manifestaron los ejecutivos, al tiempo que subrayaron la necesidad de una estrategia conjunta para preservar la competitividad del sector en el mercado estadounidense.
En la misma línea, Carla Caballeros, directora ejecutiva de la Cámara del Agro (Camagro), advirtió que la suspensión aún no se ha oficializado mediante los canales correspondientes, por lo que existe incertidumbre jurídica y comercial. “Es necesario esperar la publicación oficial de los textos por parte de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) y la Casa Blanca para tener certeza”, indicó.
Caballeros reconoció que, de confirmarse la inclusión de Guatemala en la suspensión temporal, sería una buena noticia para los exportadores y pequeños productores agrícolas del país. Sin embargo, reiteró que la solución ideal no es una prórroga, sino la eliminación del arancel del 10 % que aún se contempla para Guatemala, especialmente considerando los intereses comerciales, migratorios y de seguridad compartidos entre ambas naciones.
“El objetivo es restablecer la certeza y el acceso libre de aranceles para nuestros productos en el corto plazo, pues de lo contrario los efectos sobre el empleo rural serían significativos”, subrayó.
Desde Washington, el presidente Trump justificó la medida como un gesto hacia los países que no respondieron con represalias a sus políticas arancelarias previas, asegurando que su ofensiva aduanera fue malinterpretada y causó nerviosismo en los mercados. En cambio, anunció un aumento drástico del 125 % en las tarifas para productos provenientes de China.
Mientras los índices bursátiles reaccionaban positivamente a la noticia —con subidas de hasta el 12 % en el Nasdaq—, los sectores productivos guatemaltecos mantienen una postura cautelosa. Para ellos, el verdadero alivio llegará solo cuando se confirme oficialmente la exclusión de Guatemala del esquema arancelario y se consolide una estrategia sostenida de cooperación bilateral que preserve el acceso preferencial al mercado estadounidense.
Por ahora, el agro no se relaja.