El Ente Operador Regional (EOR) aseguró que no habrá déficit en el suministro de energía durante la próxima década si se concreta un paquete de inversión superior a $198 millones para aumentar la capacidad de transmisión en Centroamérica.
Los estudios de planificación del Mercado Eléctrico Regional (MER) advierten que la red superará la capacidad mínima de los 300 megavatios (MW) contemplados inicialmente para el Sistema de Interconexión Eléctrica (Siepac), y se espera que alcance entre 450 a 550 MW en la próxima década. Este salto permitirá que el potencial de transacciones anuales ronde los 10,000 megavatios hora anuales.
El análisis del EOR identificó 29 proyectos de transmisión para el período 2024-2033, con los cuales se alcanzará la capacidad en cada país miembro del MER para atender la demanda futura.
René González, director ejecutivo del EOR, aseguró que las instituciones que integran al MER se encuentran en análisis de las inversiones para garantizar un suministro eléctrico “seguro, económico, confiable y también incrementar el volumen de las transacciones”.
“Al realizarse todas esas inversiones en transmisión y al realizarse también todas las inversiones en materia de generación, no se prevé déficit”, aseguró González.
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Honduras, que en 2023 se sumergió en una crisis energética con racionamiento por una caída en la generación, requiere el mayor volumen de inversión, con un 41 %, seguido de Costa Rica con un 37 %.
Además de la inversión de los países, estudio del EOR reveló que se requieren $57.68 millones para ampliar la transmisión regional, sobre todo en los bloques de Panamá-Costa Rica, Costa Rica-Nicaragua, y Nicaragua-Honduras.
El MER se creó como un mercado energético independiente de los nacionales por iniciativa de Guatemala y El Salvador en 1996. Después se incorporaron Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Sin embargo, Guatemala anunció su salida en 2021 en medio de una polémica por su interconexión con México. Este proceso tendría efecto en una década.
Este mecanismo permite que los países compren o vendan energía a precios más competitivos que los internos, como ocurrió en 2023 cuando Honduras tuvo que importar para mantener la demanda en medio de una severa crisis energética.