Las intensas lluvias que afectan a Costa Rica desde hace más de dos semanas han provocado pérdidas agrícolas superiores a los 500 millones de colones (aproximadamente un millón de dólares), según la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA).
Este temporal ha golpeado severamente la producción de arroz, café y hortalizas, encendiendo alarmas sobre un posible desabastecimiento y aumento de precios en los mercados locales.
Las regiones más afectadas, declaradas en alerta roja por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), son la Chorotega, el Pacífico Central y la Brunca, que concentran el 85 % de la producción agrícola nacional.
Según datos preliminares, en estas zonas se reportan más de 4.800 hectáreas de arroz afectadas y más de 680 hectáreas dañadas irreversiblemente.
“La saturación de suelos y el desbordamiento de ríos han dificultado el acceso a zonas de cultivo bajo riego, agravando las pérdidas. Además, hemos registrado daños en caminos y puentes esenciales para el transporte de las cosechas”, señaló Óscar Arias Moreira, presidente de la CNAA.
Impacto en los alimentos básicos y las festividades
El arroz, un alimento clave en la dieta costarricense, ha sido uno de los cultivos más perjudicados.
“Las pérdidas en las zonas arroceras, sumadas a los problemas de acceso, están comprometiendo seriamente la seguridad alimentaria del país”, advirtió Fernando Araya, director de la Corporación Arrocera Nacional (CONARROZ).
En el caso de las hortalizas, los productores se enfrentan a un panorama igualmente crítico. Cultivos como la cebolla, el tomate y el chile dulce están siendo severamente afectados por la alta humedad, lo que impide su conservación y transporte.
“Esto repercutirá en el costo de ingredientes esenciales para la temporada de tamales navideños”, agregó Arias.
Agricultores piden acción inmediata
La CNAA y la Unión Nacional de Productores Agropecuarios (UNAG) han solicitado al Gobierno un plan integral de emergencia que incluya financiamiento para mitigar las pérdidas y apoyo técnico para rehabilitar las zonas afectadas.
“El trabajo conjunto entre los sectores público y privado es crucial para superar esta crisis y garantizar la continuidad del sector agrícola, pilar fundamental de nuestra economía y seguridad alimentaria”, afirmó Arias.
Mientras tanto, el Instituto Meteorológico Nacional ha pronosticado que las lluvias persistirán hasta finales de esta semana, manteniendo en vilo a millas de familias productoras que dependen de la agricultura para su subsistencia.
Un problema estructural
El temporal actual se suma a los retos que enfrenta el sector agrícola desde la implementación de la llamada “Ruta del Arroz” en 2022, que buscaba abaratar costos para los consumidores, pero que dejó a muchos productores en situación de vulnerabilidad económica.
“La saturación del suelo, la ruptura de diques y la falta de infraestructura adecuada agravan esta situación. Esto no solo afecta la producción, sino también las exportaciones de productos como el melón, vitales para la economía nacional”, advirtió Arias.
El Gobierno aún no ha declarado una emergencia nacional, pero los sectores agrícolas insisten en que esta medida es indispensable para afrontar las consecuencias de las lluvias y garantizar la recuperación del sector.