Aunque el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estado en medio de una polémica por la adopción del bitcoin en El Salvador, lo cierto es que el reciente programa por $1,400 millones aprobado por el multilateral también pone al gobierno de Nayib Bukele a trabajar en un duro plan fiscal para corregir el alto endeudamiento público.
La etapa medular del acuerdo establece el compromiso del gobierno a realizar un ajuste fiscal de 3.5 puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB) durante tres años, iniciando este 2025 con un tramo de 1.5 %, para continuar en 2026 con otro 1 % y en 2027 con 1 %.
¿Qué significa? El gobierno tendrá que implementar medidas para aumentar sus ingresos y reducir el gasto público. Estos movimientos, sin embargo, podrían generar cierto descontento como ocurrió con la aprobación del presupuesto de 2025 que contiene una fuerte reducción de plazas en el aparato público.
El Plan Fiscal 2025-2027, publicado por el Ministerio de Hacienda, señala que el ajuste de este año viene por 0.3 % de aumento a los ingresos y 1.2 % por reducción de los gastos, algunas medidas ya palpables en el presupuesto de 2025 por el congelamiento de plazas y nivelaciones salariales, y suspensión de beneficios económicos.
La reducción de la grasas salarial generará un ahorro de 0.6 % del PIB solo en 2025.
Además, el gobierno pretende reducir el gasto público por mayor “eficiencia”, como digitalización de actividades, uso racional de energía en los edificios públicos, restricción a las contrataciones y compras no esenciales. Estas medidas generarán un ahorro a la caja fiscal de 0.4 %.
Un 0.2 % vendrá por ahorros a las transferencias corrientes.
Para 2026 y 2027, anticipó Hacienda, se continuarán con las mismas medidas.
Por el lado de ingresos, el gran temor siempre ha sido que se aumenten o se creen nuevos impuestos. Desde que iniciaron las negociaciones para un acuerdo, en 2021, altos funcionarios trataron de apaciguar la incertidumbre al afirmar que no tocarían la carga tributaria, sino que la harían “más eficiente”.
Ante el FMI, el gobierno salvadoreño se ha comprometido a masificar la factura electrónica, así como poner en marcha herramientas para el uso eficiente de la fiscalización y la reducción de la evasión, aumentar la base tributaria e incorporar a la economía digital al sistema tributario.
Según los escenarios, los ingresos tributarios aumentarán un 0.5 % del PIB durante la ejecución del ajuste fiscal, mientras que los no tributarios crecerán 0.2 %. En total, se espera que para 2027 aumenten 0.7 % del PIB.

¿Y el bitcoin?
Desde luego, el FMI no dejó suelto el tema del bitcoin que tanta polémica generó en los últimos tres años y acordó con el gobierno que limitará las compras de la criptomoneda, que básicamente realizada cada día por compromiso del presidente Bukele desde noviembre de 2022.
Además, el gobierno limitará su participación en actividades económicas relacionadas al bitcoin y transacciones, al igual que reducirá su intervención el monedero estatal Chivo, lanzado en septiembre de 2021 para acompañar la adopción del bitcoin.
Previo a la aprobación del bitcoin, el gobierno tuvo que ceder ante el FMI con una reforma que establece expresamente que la criptomoneda es de uso voluntario, solo para el sector privado.