La electromovilidad en Guatemala busca acelerar el pedal en un mercado con alta competencia de unidades de combustión, con ventas que crecen por arriba del 200 %, aseguró Nancy Chacón, presidenta de la Asociación de Vehículos Eléctricos de Guatemala (Amegua).
“En Guatemala todavía estamos empezando”, añadió Chacón durante el Congreso Regional de Energía (COREN 2024), organizado entre el 28 y 30 de agosto por la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI).
Guatemala aprobó la ley de electromovilidad en agosto de 2022, la cual dio incentivos fiscales como la eliminación del Impuesto al Valor Agregado y una reducción en el impuesto de circulación por cinco años. Esto hizo que la adquisición de un vehículo eléctrico se acercara al valor de uno de combustión, ya que la tecnología aún es más cara en hasta un 30 % en comparación con los automotores tradicionales.
Solo en 2022 se vendieron 82 unidades nuevas, mientras que para 2023 –primer año de plena implementación de la ley– las agencias colocaron 308 vehículos eléctricos, un crecimiento de 266 %. El volumen de ventas también superó al acumulado registrado en los últimos siete años, cuando no llegaban ni a 20 anuales.
“Sí hubo impacto muy positivo”, indicó la presidenta de Amegua. La gremial reporta que en 2016 apenas se tenían 16 vehículos eléctricos y, siete años después, el parque vehicular suma 506 unidades que dependen de una batería recargable.
“Para julio de 2024 se habían vendido 242 vehículos eléctricos y estimamos terminar con 500 vehículos. De nuevo, solo este año, vamos a incorporar en el país lo que en los ocho años anteriores habíamos obtenido. Sí estamos viendo ese comportamiento de crecimiento”, añadió.
Actualmente, 18 marcas ofrecen vehículos eléctricos, donde Maxus, un fabricante de origen inglés con sede en China, tiene la mayor cuota con 34 %. Le siguen BMW (11 %), Audi (9 %), Volvo (7 %), Mini (6 %), BYD (6 %), MG (5 %), Porsche (5 %), JAC (4 %), entre otros.
Para 2024, Guatemala tiene 115 cargadores públicos, de los cuales 90 % son gratuitos, pero la portavoz de Amegua consideró que el consumidor debe comenzar a acostumbrarse a pagar por una recarga, tal cual como si fuera a llenar el tanque de un vehículo de combustión.
En el país centroamericano también tiene 24 autobuses eléctricos para el transporte público.
Chacón reconoció que la electromovilidad es lenta porque las “empresas querían ganar”. Relató que cuando se instalaba un cargador en un centro comercial, los propietarios se resistían porque tenían que ceder un estacionamiento y argumentaban que perdían dinero.
También había resistencia de los clientes por el temor a quedarse “varados”, pero las baterías tienen autonomía para recorrer de 300 a 400 kilómetros, mientras que Guatemala es un “país pequeño” con rutas comerciales entre 80 a 120 kilómetros.
Además, el clima es templado, por lo que una carga resiste más en comparación con las ciudades con climas helados, como Nueva York, donde las bajas temperaturas hacen que se descarguen.
A pesar de los avances, la portavoz de la gremial indicó que hay retos pendientes, sobre todo en la oferta de vehículos en el segmento económico y una regulación para el reciclaje de las baterías.