La industria de suplementos alimenticios gana terreno en Centroamérica, aunque la mayoría de consumidores tienen una idea errónea o no saben bien para qué funcionan, reveló una investigación de la Alianza Latinoamericana de Nutrición Responsable (ALANUR), una asociación de empresas de la industria creada en 2011.
El estudio encontró que “Centroamérica se posiciona de creciente interés para la industria de los suplementos alimenticios”, una región que enfrenta una “brecha nutricional considerable” pues la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que un 37 % de la población vive en inseguridad alimentaria.
ALANUR plantea que un 50 % de los hogares en América Latina tiene al menos un consumidor de suplementos, productos de origen químico o natural con alta carga de vitaminas, nutrientes y minerales que contribuyen al bienestar de las personas.
De América Central, el estudio encontró que un 41 % tiene “alguna percepción errónea”, como que son para deportistas, funcionan igual para todas las personas o que son “productos mágicos”.
“Los suplementos no están destinados a curar o tratar enfermedades. Su propósito es complementar la alimentación y garantizar una ingesta adecuada de nutrientes, especialmente cuando la dieta diaria no es suficiente para cubrir esas necesidades”, destacó Camille Woitiske, presidenta de ALANUR.
Mercados centroamericanos
El mercado de suplementos es variado por país. En Guatemala, un 27.8 % de los consumidores compra estos productos para prevenir enfermedades, una “percepción extendida pero equivocada sobre su finalidad”, detalla el reporte de ALANUR.
Un 50 % de los consumidores en El Salvador, en tanto, compra cada mes suplementos, pero “sin una razón clara y predominante”, por lo cual, según ALANUR, es un mercado sin hábitos definidos y una oportunidad para las empresas del rubro.
En Costa Rica, el estudio encontró que los hogares de bajo nivel económico no consumen suplementos alimenticios porque no los consideran prioridades a pesar de que enfrentan mayores riesgos nutricionales, mientras que en Nicaragua un 50 % compra estos productos, sobre todo vitaminas y minerales.
En Panamá, un 50 % de los consumidores compra en farmacias y en Honduras la principal vía de compra es a través de canales en línea.
Elizabeth Díaz, directora ejecutiva de ALANUR, aseguró que las autoridades centroamericanas trabajan en un reglamento homologado para la venta de suplementos, lo que “resulta particularmente complejo y llamativo porque son seis países coadyuvando para lograrlo”, pero calificó que Centroamérica hace “cosas muy importantes”.
En la región, las farmacias se colocan como el principal lugar para abastecerse con una participación de un 34 %, mientras que las compras en líneas representan un 26 %. Las tiendas especializadas un 23 % y los supermercados un 17 %.