La inversión extranjera directa (IED) de Panamá no ha podido recuperar los niveles registrados antes de la pandemia y 2023 no será la excepción, tanto que en los primeros 3 trimestres sufrió un fuerte desplome de 39.6 % respecto al mismo período en 2022.
El Instituto Nacional de Estadísticas (Inec) registra que la IED acumulada entre enero y septiembre de 2023 superó los $1,372.1 millones, una cifra inferior en $900.5 millones respecto a los $2,272.6 millones que ingresaron en el mismo ciclo de 2022.
La IED es uno de los indicadores de mayor seguimiento entre economistas y organismos financieros, pues está relacionada con el nivel de atracción de inversionistas extranjeros. Como sucedió en toda la región, estos flujos se contrajeron fuertemente en 2020 debido a la crisis económica mundial por la pandemia de covid-19, pues pasaron de $3,895 millones en 2019 a $172.1 millones en 2020.
En 2021, Panamá registró una IED de $1,646 millones y en 2022 superó los $2,906 millones. Ese año, la economía panameña fue la segunda de mayor atracción de estos capitales, solo superada por Costa Rica que reportó más de $3,600 millones, según el último anuario de IED de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Con los resultados a septiembre, la tendencia advierte que en 2023 la inversión extranjera cerraría cerca de los niveles de 2021 y lejos de las cifras reportadas antes de la pandemia.
De Latinoamérica, Panamá fue en 2022 uno de los cuatro –Brasil, México y Perú– principales países de destino de la IED, que en conjunto representan un 80 % de los anuncios dirigidos a la región.
Citado por La Prensa de Panamá, Jorge Amato, economista jefe de Citi Global Wealth Investments para América Latina, explicó que los inversionistas se muestran con “cautela” por el cambio de gobierno en las elecciones presidenciales de mayo próximo, que, aunque no había giro drástico en las reglas del juego económico, sí tendrá la tarea de corregir las finanzas públicas.
“Sí tendrá que hacer el nuevo gobierno es una consolidación fiscal importante y, además, tratar con el problema de agua para el Canal y la población. Además del tema de la mina de cobre”, indicó.
El cierre de la mina de cobre más grande de Centroamérica, propiedad de la canadiense First Quantum Minerals (FQM), pasa factura a la economía panameña, pues la extracción del mineral representa más de un 70 % de las exportaciones. De momento, la firma se encuentra en litigio internacional y demanda al Estado panameño $20,000 millones en compensaciones.