La economía nicaragüense seguirá sostenida este 2023 gracias a un histórico ingreso de las remesas familiares, que al cierre del año crecerían un 51 %, según estimaciones publicadas este por el Diálogo Interamericano.
El centro de estudios, con sede en Washington, calcula que los hogares nicaragüenses recibirán un poco más de $4,877.6 millones este 2023, una cifra que superará en $1,652.7 millones a todo lo registrado al término de 2022. Nicaragua se perfila así como el de mayor crecimiento en estos ingresos entre los 10 principales receptores de la región latinoamericana.
Nicaragua se enfrenta a un éxodo migratorio sin precedentes desde la guerra civil en la década de 1980 de ciudadanos que huyen del régimen de Daniel Ortega y una profunda crisis económica y política. Cerca del 20 % del total de la población de origen nicaragüense vive en el extranjero, principalmente quienes se refugian en Estados Unidos y Costa Rica.
Las remesas representarán un 29.1 % del Producto Interno Bruto (PIB) de 2023, un importante estímulo a la economía de Nicaragua ya que estos ingresos se destinan en buena medida al consumo (manutención de una familia). Un hogar nicaragüense recibe en promedio $400 mensuales, según el Diálogo Interamericano.
Una región remesera
En la lista de los principales receptores (por su relación con el PIB) también está Guatemala, Honduras y El Salvador, donde las remesas crecerán, pero a un ritmo mucho menor.
De acuerdo con las estimaciones del centro de pensamiento, las remesas que llegarán a los hogares salvadoreños superarán los $8,187.02 millones al término de 2023. La cifra será $333.6 millones superior, un 4.2 % de crecimiento, respecto al total de 2022.
Guatemala captará un récord de remesas de $20,333.9 millones este año. El Diálogo Interamericano prevé que crezcan al menos $1,826.1 millones en comparación con el total de 2022, una variación interanual de 10 %.
Honduras no se queda atrás y recibirá un 11 % más en remesas, ingresos que podrían superar los $9,399.3 millones al cierre de 2023. La cifra mayor en $921.5 millones.
Las remesas tienen un peso del 28 % del PIB en Honduras, un 20 % en Guatemala y un 25.5 % en El Salvador.
El gran temor para este año era una caída en las remesas por la desaceleración económica en Estados Unidos, en medio de una cruzada de la Reserva Federal (Fed, banco central) de ajustes al alza en los tipos de interés para contener la galopante inflación en la primera economía del mundo.
Los incrementos en las tasas derivan en un encarecimiento del crédito para aplacar la demanda, pero el mercado de trabajo ha resistido y en agosto la tasa de desempleo se situó en 3.8 %, una ventana de oportunidad para que los migrantes en este país se mantengan ocupados y puedan enviar las ayudas a sus familiares.