Moody’s cambia a negativa la perspectiva de Panamá por mayor deterioro fiscal

La agencia señaló que Panamá se enfrenta a una situación fiscal peor de la prevista a inicios de 2024 por deterioro en la balanza y obstáculos para una consolidación fiscal.

Una vista de la ciudad de Panamá.

Moody’s Ratings degradó la perspectiva de la calificación soberana de Panamá de estable a negativa al considerar que existe un mayor deterioro mayor en la balanza fiscal de 2024.

La agencia mantuvo la nota de la deuda panameña en Baa3, que había degradado en octubre pasado desde Baa3. “La perspectiva negativa refleja un deterioro mayor de lo esperado de la balanza fiscal en 2024 y obstáculos significativos para lograr una rápida consolidación fiscal que apuntan a los riesgos de que las métricas de deuda soberana y de la deuda se debiliten materialmente”, añadió en un análisis emitido el 29 de noviembre.

Según el reporte, la rigidez presupuestaria subyacente limitará la capacidad de las autoridades para reducir el déficit fiscal y estabilizar las métricas de la deuda, a pesar de la voluntad del gobierno de José Raúl Mulino de abordar los desafíos de las cuentas públicas.

“Esto afectaría la credibilidad de la política fiscal, contribuyendo a mayores costos de endeudamiento para el soberano que socavarían aún más la asequibilidad de la deuda”, añadió, al tiempo que recordó que los riesgos crediticios también son exacerbados por los pasivos asociados a la Caja de Seguro Social y el litigio con la mina de cobre.

Obstáculos presupuestarios

En la discusión del presupuesto de 2025, el gobierno propuso reducir 15 % el gasto público, pero las leyes especiales que obligan aumentos salariales al sector público y la ley que asigna 7 % del Producto Interno Bruto (PIB) al sector educativo no permitieron que la propuesta llegara a “buen término”.

Moody’s argumentó que mantuvo la calificación por la perspectiva de un crecimiento fuerte de la economía panameña en relación a sus pares centroamericanos, así como por la mayor “disposición” del gobierno de promulgar políticas que reduzcan las vulnerabilidades del soberano.

Cuando Mulino asumió la Presidencia de Panamá, el 1 de julio de 2024, heredó un déficit fiscal de 4 % del PIB, que cerrará en 2024 en una tasa de 6 % y sería superior al 2 % fijado como meta en la regla fiscal. La deuda pública, por su parte, se acercará al 61 % del PIB.

La agencia consideró que la perspectiva de crecimiento es favorable, con tasas anuales de 3.5 % a 4 % para el próximo año. Además, señaló que la dolarización limita la exposición de Panamá a las condiciones volátiles del mercado internacional.

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