Pollo Campero le apuesta a seguir creciendo en los Estados Unidos con inversión de $190 millones

La cadena guatemalteca que no sólo vende pollo frito, sino trozos de nostalgia con su sabor en cada plato que sirve, busca aumentar su participación de mercado en el país norteamericano.

Después de abrir su restaurante número 100 en Estados Unidos, Pollo Campero, la cadena guatemalteca, tiene grandes planes de crecimiento en este país donde la competencia en comida rápida es más intensa que en cualquier otro lugar del mundo, pero las perspectivas son optimistas, de acuerdo a sus ejecutivos.

La meta es ampliar aún más la presencia en la nación norteamericana y, por supuesto, morder una mayor participación de mercado en donde decidan inaugurar un nuevo local. 

El plan de inversión es de $190 millones de dólares para los próximos años, de acuerdo a datos de Corporación Multi Inversiones, la firma propietaria de Pollo Campero, una marca entrañable para decenas de miles de centroamericanos, quienes le dan un valor nostálgico como muy pocas marcas lo logran. 

“Tenemos un público fiel de centroamericanos que sienten mucha pasión por la marca, no sólo porque es comida fresca, sino porque tienen experiencias memorables cuando van a los restaurantes que crecen en sus países”, le dijo Blas Escárcega, vicepresidente de Pollo Campero, al Dallas Morning, una de las publicaciones más prestigiosas de Texas.

, dijo en un reportaje sobre la cadena de pollos nacida en Guatemala con seguidores leales, tiene grandes planes para Estados Unidos.

“Cuando abrimos un restaurante aquí en Estados Unidos, la gente se emociona porque dice: ‘¡Oh!, esa es mi marca, ese es mi hogar’”, agregó.

Es lógico, generaciones han crecico con el sabor “inigualable”, como los mismos consumidores lo califican, en sus países y ahora lo consumen en Estados Unidos, un mercado creciente para la marca.

Adaptándose a la multivariedad de las poblaciones en el país norteamericano, Campero pasó del pollo frito, las papas y la ensalada de repollo a ofrecer frijoles negros, plátano y yuca, muy consumidos por los de origen caribeño. Esos cambios han sido muy bien recibidos y los clientes lo agradecen, porque lo “tierno, jugoso y crujiente” se mantiene, aunque con novedades en el menú. Incluso, los macarrones con queso están disponibles.

Pollo Campero comenzó operaciones en Guatemala en 1971, un año después llegó a El Salvador (donde los consumidores lo consideran tan salvadoreño como las pupusas) y luego al resto de Centroamérica. En 2002 llegó a Estados Unidos, donde continuará creciendo.

Tiene restaurantes en Ecuador, España, Indonesia, China, Italia, Baréin e India.

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