El entusiasmo de un crecimiento de hasta 4 % se ve sombrío para El Salvador después de que en el segundo trimestre de 2024 creciera a su tasa más baja desde la pandemia de covid-19.
El Banco Central de Reserva (BCR) confirmó que el producto interno bruto (PIB) salvadoreño creció un 1.4 % en el segundo trimestre, la mitad de la tasa de un 3 % experimentada en el primer trimestre de 2024 y el desempeño más endeble registrado 2020, cuando hubo contracciones en la actividad económica debido al cierre por los esquemas de confinamiento.
La desaceleración en la economía se comenzó a observar a través del Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE), que en abril y junio registró crecimientos negativos de un 0.39 % y un 2.13 %, respectivamente.
También hubo indicios con el bajo desempeño de las remesas, que a junio crecieron apenas 0.8 %, mientras que las exportaciones acumulaban una contracción de un 5.6 % en el primer semestre del año.
Si la tendencia se mantiene, se complica la proyección de crecimiento prevista inicialmente por el Banco Central, de entre un 3.5 % y un 4 %. Fuera de la publicación estadística, la institución no brindó una explicación, como en anteriores ocasiones, sobre el freno en la economía, que es la principal apuesta del segundo gobierno de Nayib Bukele.
Según el BCR, siete de las 19 actividades que conforman el PIB sufrieron una contracción. El bajo desempeño de la economía se debe principalmente a una fuerte caída de 14.5 % de la industria de la construcción, sector que en los últimos dos años sostuvo la actividad económica con tasas de expansión superiores al 24 %.
Las industrias manufactureras -donde se incluye textil y motor de las exportaciones- acumulan nueve trimestres consecutivos en negativo y, durante el segundo de 2024, cayó un 0.49 %.
También la economía observó una contracción en suministro de electricidad y gas, de un 0.52 %; la actividades profesionales y científicas cayeron un 0.02 %; salud un 0.96 %; y entretenimiento y recreación un 2.4 %.
A la inversión extranjera directa (IED) tampoco le fue bien y, según el BCR, reportó un flujo negativo de $11.6 millones, es decir, que hubo más desinversión que ingresos de capital a la economía salvadoreña.
La IED no reportaba saldo negativo desde el cuatro trimestre de 2022 y es una fuerte desaceleración en comparación con los $188 millones recibidos en los primeros tres meses de 2024.