El bajo crecimiento económico, la limitada capacidad de endeudamiento de la población y el alto nivel de informalidad limitan el crecimiento del sector bancario en Honduras, de acuerdo con un análisis de la agencia S&P Global Rating.
En su Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País (BICRA), publicado el 16 de febrero pasado, S&P Global Rating califica a Honduras en el grupo 8, en una escala donde 1 corresponde a menor riesgo y 10 a mayor riesgo.
En ese mismo grupo figuran países como Armenia, Azerbaiyán, Jordania, Jamaica, Paraguay e incluso Costa Rica.
Riesgos económicos minan la industria bancaria
S&P Global Rating señala que el acceso al crédito es restringido por la estrecha diversificación de la economía, su alto nivel de pobreza y un alto porcentaje del sector informal.
En el cóctel de frentes se suma la debilidad de las instituciones políticas y la alta percepción de corrupción, que plantean riesgos para la resiliencia de la economía.
Otra vez aplazados calificación 8 , siendo que 10 es lo peor de lo peor. Ranking de riesgo en la industria de la banca en Honduras . pic.twitter.com/o0GGuxIquM
— Salvador Nasralla (@SalvaPresidente) April 1, 2024
Aunque la agencia prevé una estabilidad en las finanzas públicas para los próximos dos años, por una reducción en el déficit fiscal, advierte de que el crecimiento económico seguirá limitado por una infraestructura física deficiente y las vulnerabilidades a los shocks externos.
En ese contexto, S&P Global Rating prevé que el otorgamiento de créditos crezca a una tasa de un 12 % en los próximos dos años, al mismo tiempo que los activos improductivos de la banca se mantendrán con un “riesgo económico similar entre 2.3 % y 2.5 % durante 2024-2025”.
La agencia señala que entre los desequilibrios económicos de Honduras se encuentra una tasa de desempleo de un 6.5 %, así como una deuda neta del gobierno de un 45.9 % como proporción del Producto Interno Bruto (PIB).
Además, el PIB per cápita (por persona) es de $3,528.
Riesgos de la industria bancaria
S&P Global Rating considera que la regulación bancaria de Honduras está rezagada con respecto a los estándares internacionales, aunque el regulador comienza a aplicar lineamientos para ponerse al día con las normas de Basilea III, las cuales proponen a los bancos aumentar sus reservas de capital como protección ante una posible caída.
“Sin embargo, es una implementación muy lenta en comparación con la de otros países de América Latina. Consideramos que a Honduras le tomará al menos varios años implementar en su totalidad las normas de Basilea III”, añadió en el análisis.
El sistema bancario de Honduras se fondea principalmente de los depósitos de los clientes, pero con un limitado acceso a los mercados de capital y deuda que dan como resultado una “modesta flexibilidad financiera de todo el sistema”.
Asimismo, S&P Global Rating advirtió de que el alto nivel de remesas proveniente de Estados Unidos respaldará el crecimiento de los créditos minoristas y consumo. Sin embargo, añadió en el reporte, los bajos ingresos de la población y el aumento de los precios minan la capacidad de pago de los hogares y podría ampliar las pérdidas crediticias.