Fernando Collor de Mello, quien gobernó por apenas dos años Brasil (1990-92) y tuvo que renunciar en medio de escándalos de corrupción, fue condenado este miércoles por el Tribunal Supremo Federal de su país a ocho años y diez meses de prisión, por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero.
El caso es un desdoblamiento de la Operación Lava Jato e involucra al expresidente y exsenador y otros dos acusados: los empresarios Luis Pereira Duarte de Amorim y Pedro Paulo Bergamaschi de Leoni Ramos. El primero es señalado en la denuncia como administrador de empresas de Collor; el segundo sería su operador privado.
En la denuncia del Ministerio Público presentada en 2015, Collor fue acusado de recibir unos $6 millones en sobornos. Los pagos se habrían realizado entre 2010 y 2014 en negocios relacionados con la filial, que en ese momento tenía dos directores designados por el senador.
El pleno también condenó a los dos empresarios Luis Pereira Duarte de Amorim y Pedro Paulo Bergamaschi de Leoni Ramos.
Collor de Mello era acusado por un tercer delito, pero este había prescrito, según el tribunal. El expresidente también quedó impedido de ejercer un cargo o función pública.